martes, 26 de abril de 2011

Emprendedores y financiación

El ahorro y la inversión nacional ha ido al ladrillo. La vorágine especuladora pasada ha provocado un exceso de inversión a un sector (inflándolo hasta que ha explotado). El coste de oportunidad de invertir en ladrillo frente a hacerlo en mejorar la productividad traerá consecuencias negativas para el crecimiento. En la actualidad la poca financiación que tenemos está siendo absorvida por el estado principalmente. Como en las crisis anteriores, se ha producido un déficit público que ha hecho crecer la deuda a ritmo vertiginoso. Además, las políticas de estímulo de la demanda no han funcionado. La sustitución del gasto privado por el público sólo funciona en el corto plazo. Cuando se lo preguntaban a John Maynard Keynes, padre intelectual de estas políticas, contestaba diciendo “En el largo plazo estaremos todos muertos”. Efectivamente, así será pero no morirá la deuda contraída con las políticas expansivas, la pagarán nuestros hijos y nietos. Y ése es un legado que no me gustaría dejarles. Al final de su vida, Keynes pudo vislumbrar el peligro de excederse con las políticas que él mismo había propuesto, pero esta parte de su biografía no la recuerdan los que hoy abusan de su nombre para cometer atroces despilfarros. En nuestro caso el gobierno ha hecho bueno aquel viejo ejemplo del New Deal, por el cuál, en tiempos de desempleo, el estado debe contratar parados para que caven agujeros. Los parados cobrarán un sueldo que podrán usar para consumir y así impulsar la rueda varada de la economía deprimida. Y si la cosa se alarga, entonces, debían tapar los agujeros y cobrar de nuevo su paga. En nuestro caso, se ha gastado en aceras y proyectos superficiales por el estilo. Pero ésto ya es pasado, ahora la consecuencia es el déficit y la deuda. Agujero negro que absorve gran parte de la financiación disponible en el sistema. Y en el sector privado los grandes demandantes de financiación son la banca y el sector inmobiliario (luego hablaremos de los zombies). España tiene, históricamente, una balanza comercial negativa. Como no tenemos ahorro suficiente, tenemos que pagar este déficit endeudándonos con el exterior. Suma y sigue de necesidades de financiación.

“Demasiado grande para caer” Con este obsceno e injusto argumento nos han metido la mano en la cartera para financiar a los que han fracasado. Ésto si que es un “New Deal”. Con estas nuevas reglas de juego, los grandes banqueros tienen incentivos para arriesgarse más de lo debido en sus decisiones. Si les va bien ganarán y si les sale mal perderán su empleo, que es la parte negativa, pero se irán con millones de dólares en sus bolsillos, para consolarles. El accionista no perderá tampoco, si su banco es suficientemente grande, y recibirán las ayudas estatales necesarias para no perder su inversión. Los que lo han hecho mal deben caer para que dejen progresar a los que lo han hecho bien. Lo nuevo debe crecer de las cenizas de lo viejo. En el bosque la materia orgánica muerta sirve de abono para que crezcan los nuevos brotes verdes. Los trabajadores desempleados de las empresas caídas serán absorbidos por el nuevo cíclo. Los que no puedan entrar en la nueva ola deberán recibir la ayuda del estado para adaptarles a la nueva situación y que se puedan reenganchar en nuevas empresas.

Mantener empresas quebradas (públicas y privadas, entidades financieras o no financieras) es como mantener con vida a los zombies de las pelis de terror. No tiene ningún sentido y las consecuencias son graves. Como dicen en USA los “Walking Dead” los zombis (o no muertos según la literatura y películas de terror) son seres no vivos que pululan en busca de personas con las que saciar su infinita hambre de carne humana. Son gregarios, muy contagiosos y buscan ampliar su número. No razonan, no tiene sentido dialogar con ellos y son duros de eliminar. Suelen aparecer por una anomalía genética o nuclear y al principio, cuando la amenaza no parece grave, cuentan con valedores entre los vivos (especialmente entre sus creadores). ¿Quiénes son los zombis de la economía? En nuestro caso el virus que propaga la contaminación son las burbujas inmobiliarias, bursátiles o de deuda soberana o privada.

Japón sufrió una de las mayores burbujas especulativas de la historia económica moderna. El superávit comercial de los años 80 del pasado siglo se dirigió a la compra de suelo y acciones. La magnitud de la burbuja fue tal que el valor de los inmuebles de Japón era cinco veces el valor de todo el territorio completo de Estados Unidos. El índice Nikkei de la bolsa de Tokio se multiplicó por cuatro en cinco años. Tras el estallido de la burbuja, el Nikkei se depreció un 63% en dos ejercicios y los precios de los inmuebles cayeron en picado. Dado que las acciones tenían como garantía los bienes inmuebles, el sistema financiero entró en una grave crisis que sumió a la economía en un letargo que duró hasta 2007. Las empresas y entidades financieras estaban quebradas en la práctica pero se las mantuvo vivas artificialmente para evitar su caída masiva como piezas del dominó. Era zombis empresariales (empresas no muertas). En 17 años mantuvo su PIB en el mismo valor nominal, así como el mismo número de trabajadores ocupados. El ahorro del país fue a parar a financiar el sector público y a los zombis. Como consecuencia se dejó sin financiación a la inversión privada “sana”. Además, los impuestos se subieron en varias ocasiones. En la crisis económica de Japón (la década de los noventa del pasado siglo) los recursos económicos y la financiación se dirigieron a los peores riesgos: Sector Público, banca e inmobiliarias. En nuestra crisis los primeros zombies fueron las empresas inmobiliarias que contagiaron a los bancos y éstos a su vez a los estados. Por el medio cayeron infectadas empresas y trabajadores en paro. Cayó Grecia, cayó Irlanda,… ¿quién será el siguiente infectado por los zombis?

Como están muertos es imposible que renazcan por sí mismos, como una parte de nuestro sistema financiero. Sirva de ejemplo las cajas. Si se financian al 7,78% ¿a qué precio van a poner los préstamos a los pequeños empresarios para que puedan progresar sus negocios? Todo lo que sea inferior al 10% probablemente les dará pérdidas. En la práctica, no hay financiación, porque los zombies necesitan toda la sangre (dinero) que puedan conseguir para sobrevivir ellos, y no para financiar a nadie más. La estrategia del avestruz. Vamos a sobrevivir cueste lo que cueste a ver si escampa. Los no muertos usan todo su poder e influencia para conseguir su inyección de droga monetaria. Una y otra vez piden más droga. Usan sus trabajadores como los rehenes de un secuestro. “O me das mi chute o despido a mis cien mil empleados” podrían decir. Sólo caen las pequeñas empresas que son las que generan más del 80% del empleo en nuestro país, pero no olvidemos que el mayor devorador de financiación es el Estado. Con el déficit disparado y su deuda creciente, actúa como un enorme zombie que nos sustrae rentas vía aumento de impuestos primero y después por la no menos grave hambre de financiación que arrasa con miles de millones de euros que tampoco llegan al emprendedor. En esta situación, a nadie sorprende que la mayor dificultad que manifiestan los emprendedores es la falta de financiación. Ante esta disyuntiva ¿Qué podemos hacer? ¿Esperar a que escampe o emigrar?

El gobierno español ha tardado un par de años en reconocer la situación y otro más en empezar a hacer algo. Ahora estamos con reformas a medias, como la del mercado laboral, que hasta día de hoy no ha conseguido mejorar su principal objetivo, que era crear empleo. Tenemos que hacer mucho más. Por ejemplo comentaré unas cuantas ideas a vuela pluma: Quitar todas las subvenciones (Plan E, Planes Renove, la VPO, etc.). Privatizar los servicios públicos que se puedan dar por el sector privado y que el estado no compita en los mercados competitivos. Que los servicios públicos (que se determine) se subcontraten manteniendo los requisitos y derechos de los ciudadanos (si se hace vía concesiones, pudiera ser una fuente de ingresos indefinida). Privatizar empresas públicas. El estado debe garantizar los servicios públicos que quiera y necesite la sociedad. Pero que deba garantizarlos no implica necesariamente que los tenga que suministrar él mismo. Es decir, si necesito una ambulancia me sirve igual una de una empresa privada que una pública. Pero es mejor para el sistema que me dé la asistencia una ambulancia privada, porque es más eficiente que hacerlo desde el sector público. La administración debe sacar una concesión para que den el servicio las mejores empresas. Y si no cumplen adecuadamente, que se la quiten y se la den a otras.

Que todas las autopistas sean de peaje (que las pague quién las usa). Acabar con el “todo gratis”. Pagar, aunque sólo sea una cantidad testimonial (copago) en el uso de los servicios públicos (excluyendo del pago a los pobres). Ganaríamos en productividad (el sector privado es más eficiente) y además con los ingresos que recibiría el estado se podría reducir la deuda. Qué antipáticos son los recortes y los ajustes (qué mal genio tenemos cuando nos ponemos a dieta,...). Los gobernantes que se atrevan a realizar estas medidas, se arriesgan a salir mal en las próximas elecciones, pero habrán cumplido con su deber.

Con estos mimbres es complicado atraer capital hacia la inversión productiva. La que nos dará crecimiento y prósperidad en años venideros. La situación seguirá siendo muy grave mientras no se solucione el paro. Los millones de parados actuales tienen que darse cuenta de que los viejos tiempos tardarán en volver. Y que el trabajo por cuenta ajena no es seguro. Debemos cambiar de mentalidad. La seguridad en el empleo pudo funcionar para mis padres y mis abuelos, pero no ahora. Tenemos que buscar otros modelos de relaciones laborales mucho más dinámicas. Relaciones en las que tomen más importancia el autoempleo, el emprendimiento y en definitiva, tomemos la iniciativa de nuestra ocupación laboral futura. Como decía Abraham Lincoln “Aquellos que esperan que las cosas lleguen es posible que reciban alguna, pero sólo las que dejen los que salen a buscarlas”.


Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía y Emprendedor
http://economiapoliticaymas.blogspot.com

viernes, 15 de abril de 2011

Colonialismo a la inversa (publicado en el Diario)

China va a invertir en España comprando Deuda Pública y participará en la reestructuración de las cajas de ahorros. El gigante asiático es uno de los principales tenedores de deuda española ya que posee un 12,5% del total. La cuestión que me planteo, es si es tan buena noticia como para dedicarle la amplia sonrisa con la que adornó nuestro presidente el apretón de manos a su homologo chino.

Algo me hace pensar que los chinos no se conformarán con el pago de intereses. Este tipo de acuerdos tienen otras contraprestaciones que deberíamos conocer. Grecia, Irlanda y Portugal han quebrado. El siguiente de la lista somos nosotros. Ya no tenemos a nadie delante nuestro para entrar en el pozo de los caídos. Ciertamente no creo que España vaya a caer, no existe ahora mismo el riesgo que padecimos hace unos meses. En cualquier caso, los prestamistas no obvian que el riesgo, aunque menor, sigue ahí. Nuestra espada de Damocles son el paro y el débil crecimiento económico. Si China accede a financiarnos no creo que sea por el 2% de interés que le vamos a pagar. Si los bonos chinos cotizan por encima del 5%, ¿Dónde encuentra Wen Jiabao el interés en nuestro país? ¿Se conformarán con entrar en nuestro sistema financiero por una participación en las cajas o exigirán el control? Comprar una caja con problemas financieros no se concibe por la generosidad del pueblo chino. Y ¿Qué pasaría si China decide vender los bonos españoles, o amenaza con hacerlo? Tendríamos serios problemas. Su valor tendería a cero. En la práctica implicaría una intervención de la economía española porque nadie podría absorber tal cantidad de dinero. Ahora bien, este no es solamente un problema español. China es el mayor acreedor de deuda de los Estados Unidos. Tienen 900 mil millones de dólares en bonos del Tesoro americano. Además tienen una tesorería de 1,4 billones de dólares en efectivo provenientes de sus continuos y crecientes excedentes de la Balanza Comercial. China lleva años, vendiendo al mundo mucho más de lo que consume. Como consecuencia tiene las arcas repletas. Pero volviendo al hecho en sí de que sea el mayor acreedor del mundo de la economía estadounidense. ¿Cuáles serían las consecuencias de que China pusiera a la venta todo ese capital invertido en deuda americana? Probablemente sería una acción que provocaría la quiebra del imperio americano. Estaríamos asistiendo a la caída de otro imperio, el cuál, incapaz de poder financiar tal cantidad de deuda quebraría y tendría que sucumbir frente a su antagonista. ¿Quién manda en el mundo el poder militar americano o el dinero chino? La tibieza de Obama en su política exterior ¿estará condicionada por su dependencia financiera?

Con la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008 estalló la crisis financiera actual. Dejaron caer a Lehman pero no a otras entidades que estaban igualmente quebradas. El paraíso del liberalismo se convirtió, ante la perplejidad del mundo entero, en un nuevo modelo intervencionista que nacionalizaba bancos y aseguradoras. Hay quienes afirman que las nacionalizaciones de empresas (Fanie Mae, Banc of America, etc.) fue una estrategia para evitar que cayeran en manos de los inversores Árabes y Chinos. Pero a la postre, estas maniobras no consiguieron eludir la dependencia financiera de dichos socios (poco deseados). Negándoles copar el corazón financiero americano les ofrecieron en bandeja la sumisión económica de todo el Estado. Los países colonizados se levantan triunfantes contra sus antiguos dominadores.

A nuestro país siempre le quedará Europa. Y más singularmente Alemania. Ángela Merkel nos ha leído la lección, bien clarita. Nos exige productividad y recortes para seguir financiándonos. La primera ligada a los salarios. Si los salarios suben más que la productividad provocan inflación y todos seremos más pobres. Y respecto a los recortes: ¿cómo va a explicar a sus conciudadanos que va a financiar a los españoles, que trabajan poco más allá de los 60 años, mientras exige a los suyos jubilarse a los 67?.


Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía
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martes, 12 de abril de 2011

Crecimiento Económico y Emprendedores V. Emprendimiento, Innovación y Ciclos

“La verdadera innovación es rompedora de lo anterior”, como decía J. A. Schumpeter: Las innovaciones son cambios históricos e irreversibles en la manera de hacer las cosas. Es la lucha de lo nuevo contra lo viejo. Para que nazcan nuevos árboles en el bosque deben morir los enfermos y viejos. Si ésto no fuera así, el bosque no podría regenerarse. Este razonamiento se conoce como la teoría de “La Destrucción Creativa”. Tiene algo de Darwiniano, como decía el célebre sabio inglés “las especies que sobreviven a la selección natural no son las más fuertes o las más resistentes. El éxito lo obtienen las que más y mejor se adaptan a los cambios”. Y ahora recuerdo a Carlo M. Cipolla “La innovación es para la sociedad lo que la mutación es en biología. No todas las mutaciones son buenas. Algunas son sólo experimentos pobres y desafortunados. Sólo la selección natural (que no es racional, aún cuando pueda ser explicada racionalmente ex post) nos dirá al cabo del tiempo qué mutaciones son buenas y cuáles son malas.” El progreso del sistema capitalista reside en su capacidad de regeneración. Las expansiones vienen siempre seguidas de su correspondiente crisis. En un bucle sin solución de continuidad. Con la importante característica de que a largo plazo la tendencia principal de progreso económico es creciente.

La ventaja del pionero es temporal. Poco a poco la innovación se va asimilando y se masifica. Como también surgen en masa las empresas que la adoptan. Ésto provoca la saturación del mercado, la caída de precios y por último la depresión. “El proceso de destrucción creadora constituye el dato de hecho esencial del capitalismo. En ella consiste en definitiva el capitalismo y toda empresa capitalista tiene que amoldarse a ella para vivir. La construcción de nuevas empresas exitosas regeneran el sistema productivo y propician los nuevos ciclos productivos. Los ciclos son la forma en que progresa la sociedad capitalista. Las innovaciones, aquí referidas, no son infinitesimales sino que son rompedoras con el status quo previo. Son cambios históricos e irreversibles en la manera de hacer las cosas.

El capitalismo es un sistema en evolución. Sucesiones de crisis y expansiones económicas. La hoja de la sierra (como el pelo de Burt Simpson) que a largo plazo siempre crece. Es un sistema discontinuo con retrocesos e interrupciones. El capitalismo crece a saltos. En una crisis se destruye gran cantidad de valores. La depresión es la reacción del sistema económico frente al auge anterior. Después de la crisis, el sistema económico necesita reagruparse antes de emprender el nuevo crecimiento que sobrepasará el punto álgido anterior. Schumpeter considera que los empresarios aparecen en grupo y no continuamente de manera individual.

Los nuevos emprendedores surgen en periodos difíciles. Son unos pocos los que poseen esas cualidades de dirección. Pero a medida que algunos pioneros avanzan, otros empresarios van incorporándose a la nueva tecnología. Como en la conquista del oeste, los pioneros ocupan primero las tierras más fértiles. Conforme van llegando nuevos colonos van adquiriendo nuevas parcelas, lógicamente, peores que las anteriores. Y al final los últimos en llegar tienen que arreglárselas con los restos. Montes, eriales y tierras inundables.

En la realidad empresarial la nueva tecnología se va haciendo cada vez más “familiar”. El incremento de la oferta va reduciendo los precios. Y éstos van disminuyendo los beneficios, los cuáles tienden a cero. La aparición de nuevos empresarios en masa hace que los productos inunden los mercados masivamente con la consiguiente disminución drástica de los precios. Los beneficios desaparecen y llegan las pérdidas. Las cuáles a su vez conducen a la crisis y la depresión. Es un volver a empezar constante.


Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía y Emprendedor
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domingo, 3 de abril de 2011

Emprendedores y Crecimiento Económico IV. Motivación Emprendedora y Crisis Económica

En estos años de recesión económica no se dan las mejores circunstancias para lanzarse a una nueva actividad emprendedora. Los trabajadores más valiosos (en el sentido de más demandados) se acurrucan al abrigo de la nómina. La cuál es un potente anestésico para el espíritu emprendedor. Los que tienen ideas se las guardan para tiempos mejores. Y los que hacían negocios en las aguas termales de los años de expansión, ni saben ni quieren lanzarse a la piscina de agua helada, bastante tienen con pagar las deudas de los proyectos fallidos. Hace unos días, le presenté un nuevo proyecto a mi amigo y asesor Juancho, y él me contestó “Carlos, hace mucho frío, ¿lo sabes?”. Lo peor es que tiene razón.

Buscamos la seguridad en el empleo frente a la liberad. O en otro nivel superior la búsqueda de la felicidad. Pero ¿Qué seguridad han tenido todos los que han sufrido un ERE? Hasta los funcionarios (los intocables) han visto reducido su salario. Cuando alguien consigue una plaza de funcionario lo celebra como el día más grande de su vida profesional. Acude a su primer día de trabajo dando saltos de alegría y con resaca de la juerga que preparó con sus amigos para celebrarlo. Pero el viejo funcionario, que lleva más de cuarenta años allí, lo mira con desdén. La clave del éxito en cualquier ámbito de la vida es disfrutar con lo que se hace. Si las horas se te hacen minutos lograrás alcanzar la excelencia. Busca la felicidad y tendrás éxito.

Para que haya motivación debemos partir de la necesidad, del descontento, de la insatisfacción, de la ambición por mejorar, del deseo de conseguir nuestro sueño. Nuestra sociedad opulenta no favorece que tengamos ganas de comernos el mundo. El estado paternalista no ayuda. Buscamos ponernos a cobijo de su paraguas. Una adormidera que aplaca nuestra ansiedad y miedo al futuro, a la vez que nos vamos aturdiendo al calor de su regazo. Si nos dijeran claramente que hay una gran probabilidad de que no va a haber pensiones suficientes ni seguridad social para todos, quizás así, despertaríamos de nuestro letargo y nos pondríamos manos a la obra. Buscaríamos generar rentas futuras para pagar la universidad de los hijos o para proveernos de ingresos en la vejez, etc.

En marzo de 2010 el Círculo de Empresarios publicó “Prioridad: Más empresarios”. En este documento defendía que eran necesarios medio millón de empresarios para superar la crisis económica. Desde 1987 hasta 2007 la economía española ha registrado dos fases de crecimiento económico (separadas por la crisis de los primeros años 90). El número de trabajadores pasó, en dicho periodo, de once millones a superar los 20. A su vez se produjo un incremento paralelo del porcentaje que representa el total de empleadores sobre la población ocupada (del 3,5% al 6%). Entre 1996 con una tasa de desempleo del 22% y 2007 con el 8%, se crearon cerca de 8 millones de empleos, de los que medio millón correspondieron a empleadores. El Círculo de Empresarios pedía una serie de reformas que facilitasen el cambio: Seguridad Jurídica, facilidad para tramitar el alta de nuevas empresas, tratamiento fiscal favorable, mercados regulados que garanticen la justa competencia, reforma laboral, control del déficit de las AAPP, impulsar el capital riesgo y como último punto, pero no menos importante, promover el espíritu emprendedor. Las fórmulas propuestas para inspirar hacia el emprendimiento se basan en introducir en los currículos académicos contenidos y habilidades emprendedoras, explicar el papel del empresario como creador de riqueza, fortalecer los vínculos entre la empresa y el mundo académico, fomentar la ética empresarial y educar al profesorado

La relación padres e hijos ha cambiado en las últimas décadas. Se produce un retraso en la edad de emancipación. Nuestros jóvenes duermen entre las sábanas de su habitación infantil hasta mucho más allá de los treinta años. Para salir del nido esperan la oportunidad para empezar a volar, porque nadie les ha dicho que a volar se aprende volando. No pasa nada si se caen, lo importante es que se vuelvan a levantar. Cuando nacieron tenían la ambición de caminar sobre sus dos piernas. Cuántas veces tropezaron y se hicieron daño al dar sus primeros pasos. En el hombre está la esencia de su superación personal. El bebé volverá a caerse y a levantarse cuantas veces hagan falta hasta que ande por sí solo. Los padres no deben alarmarse y chillar cuando se tropiezan pues asustarán a su vástago y éste se acobardará. Deben evitar que se rompa la cabeza, pero ésto raras veces ocurre. Hay casos enfermizos en los que los niños tardan años en andar. El exceso de proteccionismo de los padres consigue anquilosarles y retrasar su desarrollo. Así pues, debemos animar a nuestros jóvenes a que vayan aprendiendo a volar. Si se hacen mucho daño ya les socorreremos. Las gallinas acogen bajo sus alas a sus pollitos. De esos pollitos sólo saldrán más gallinas porque ésa es su naturaleza. Su futuro será formar parte de un asado o una sopa. La crisis actual ha acentuado esta tendencia aniñadora (me invento la palabra) de nuestro preparados jóvenes. Necesitamos un nuevo modelo a seguir, nuevos personajes a los que admirar.

Thomas Alva Edison (1847-1931) no inventó la bombilla. Otros lo hicieron antes que él. Él la perfeccionó para que tuviera valor comercial. Consiguió, después de miles de ensayos fracasados, que funcionara más tiempo. Dejó pronto de estudiar, porque sus maestros pensaban que no era suficientemente inteligente. A pesar de ello, su madre logró despertar al genio construyéndole un laboratorio en el sótano de su casa. De niño vendió dulces, periódicos, revistas, escribió y editó su propio periódico empleando a otros niños para distribuirlo. Dedicaba su tiempo libre a investigar. Fue operador de telégrafo y pudo conocer en profundidad el sistema de líneas, postes, gente con aptitudes y estaciones de transmisión de esta nueva tecnología. Esta experiencia le sirvió para comprender que el poder de la bombilla no solo era ésta como tal, sino que englobaba también el sistema de líneas eléctricas y estaciones de transmisión que la impulsaban. Construyó una red y se hizo inmensamente rico. Fundó, entre otras empresas, General Electric y su sentido de los negocios logró que sus inventos fueran útiles para millones de personas. Tenemos que recuperar figuras como él, buscar nuestros “Edison forales y nacionales” que los hay, y que sirvan de modelo para las nuevas generaciones.

En nuestro país ser investigador en un laboratorio es muy fashion pero es necesario un emprendedor que lo convierta en un producto y lo comercialice. Los esfuerzos por innovar (dejando a parte la necesaria investigación pura) son inútiles si no tienen, desde el planteamiento inicial, llegar al mercado.

En los medios de comunicación suelen salir políticos analizando que si Navarra invierte en I+D+i el 1.96%, que si Japón invierte el 3.44%, y que si EE.UU el 2.7%. O frases grandilocuentes como “En el año 2015 estaremos en la Champions League de las naciones que más invierten en I+D+I”. ¡Qué más dará la cantidad de lo que se gasta en I+D+i lo importante es el retorno de la inversión! Como dice Xavier Sala i Martín a la I+D+I solo le falta la O, la T y la A. La innovación no es más sencilla para las empresas. Que Microsoft se gaste ocho veces más que Apple en innovar no ha impedido que la compañía de la manzana le haya adelantado en valoración bursátil. El éxito de Apple ha residido en la capacidad de crear una comunidad de fans alrededor de los productos más rompedores del mercado. Se centran en unos pocos productos (con dos móviles y la ayuda del Android de Google, casi quiebran a Nokia, líder del mercado venido a menos). Frente a eso Microsoft ha abusado de su posición dominante sacando productos nuevos cuando dejaban de venderse los viejos.

Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía y Emprendedor
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