lunes, 16 de julio de 2012

Y llegaron las condiciones (Publicado en Diario de Navarra el 13 de julio de 2012)


Como el despertar de una enorme resaca sanferminera, así se ha desayunado nuestra economía después del histórico plan de recortes de Rajoy. El Presidente del Gobierno  pidió aguante a De Guindos. Draghi dijo no. En su última comparecencia negó que fuera a comprar deuda soberana este verano. En las películas de indios y vaqueros se repetía una escena similar. Fort Apache estaba rodeado de indios (los especuladores). Un emisario (Draghi) llegaba para anunciar que no vendría el séptimo de caballería. Los jefes de todas las tribus indias se juntaban para tratar la nueva situación. Y decidían unirse (incluso entre tribus enemigas) para atacar salvajemente a los necesitados yankees (nosotros). Este era el panorama financiero para este  verano hasta ayer. Con la peseta era mucho más fácil. Solchaga devaluó la economía un 25% y no tuvo tanta repercusión. Probablemente éste sea el coste más alto de pertenecer al euro. En el otro lado de la balanza está que formar parte del  Euro implica que no podemos caer sin arrastrar al resto. El Euro se creó en base a un mercado y una unión monetaria, obviando la necesaria unión fiscal. Se empezó la casa por el tejado y ahora toca sufrirlo.
 “Aguanta, somos la cuarta potencia de Europa, España no es Uganda” Fue el SMS que envió Rajoy a De Guindos. Parecía que aquel histórico sábado nuestros problemas estaban resueltos. La alegría nos duró menos de 48 horas. Y no fue por culpa de las elecciones griegas. La cuestión es que no era suficiente. Nadie se creía que el rescate de la banca, como un préstamo indirecto de la UE, iba a ser inocuo. Nada es gratis. Este préstamo lo que nos va a dar es tiempo para equilibrar las cuentas públicas y el sistema financiero. Ambos hechos tendrán lugar si la economía real se pone en marcha. Esa es la clave para salir del pozo. Hay medidas como las de subir impuestos que van en la dirección contraria pues perjudican a la recuperación. Y no se pueden subir los impuestos indefinidamente porque llega un punto en el que la subida de impuestos trae menor recaudación. Y si no que se lo pregunten a los últimos ministros de Hacienda.
A bajar las cotizaciones a la Seguridad Social y subir el IVA le llaman algunos economistas “trilerismo fiscal”. Reducir las cotizaciones a la Seguridad Social implicará que sea más barato crear empleo y por tanto puede fomentar la reducción del paro. Esta doble medida favorece las exportaciones del país. Como no podemos devaluar la peseta, concebimos una devaluación fiscal. Un juguete español paga IVA y de forma indirecta también Seguridad Social, por el contrario, un juguete chino solo paga el IVA. Con los recortes y la subida impositiva se va a reducir la demanda interior. La devaluación fiscal pretende que sea la demanda exterior la que compense y tire de nuestra economía.
Separar los bancos buenos de los malos, mayor transparencia y recapitalización son medidas que van en la dirección correcta. No voy a entrar en el detalle de los recortes porque lo pueden leer en el periódico.  Un fuerte recorte del gasto público y medidas para mejorar la competitividad están interrelacionados, según Sala i Martin,  “porque hay muchos estudios empíricos que demuestran que las crisis fiscales que se resuelven con reducción de gasto tienen más probabilidad de generar crecimiento a medio plazo que las que se resuelven con aumentos masivos de los impuestos”.
Lo que le interesa a todo prestamista es la capacidad de pagar del prestatario. La deuda no es tan grande como en otros países, nuestro problema es el déficit. Los ingresos fiscales durante la burbuja inmobiliaria eran anormales y no volverán. Sin embargo, el estado se propuso mantenerlos o incluso incrementarlos gastando en planes de estímulo baladíes. Hoy toca pagar 30.000 millones de euros, sólo en intereses. Hoy la bolsa sube hasta que saquen cuentas y se pongan en rojo de nuevo, porque ya hay quien dice que el recorte no es suficiente. Los remedios para la resaca hacen su labor, pero el clavo no se quita tan fácil.

Carlos Medrano Sola es licenciado en Economía
http://economiapoliticaymas.blogspot.com.es