domingo, 27 de marzo de 2011

Emprendedores y Crecimiento Económico III. Liderando el Crecimiento Económico

¿Quién lidera el crecimiento económico? Las empresas y los trabajadores. Y más en concreto, el emprendedor. El premio Nobel de Economía J. A. Schumpeter colocó al emprendedor en el centro del proceso económico. Es el individuo que lleva a cabo las innovaciones que provocan el progreso de la sociedad capitalista. El emprendedor no tiene por qué ser el inventor de una mercancía o el introductor de algún proceso ni el que aporta el capital (Edison no inventó la bombilla). El aspecto diferenciador único del emprendedor es el Liderazgo y no la propiedad de los medios productivos o el capital.

Pocos quieren ser emprendedores. La inmensa mayoría de los jovenes (y de la sociedad en general) prefiere ser funcionario o trabajar para una gran empresa. Los pocos que se deciden por el emprendimiento lo hacen básicamente por dos motivos: emprenden por necesidad o por oportunidad. Los primeros son los que tratan de conseguir un trabajo por cuenta ajena, pero por distintos motivos no lo encuentran o lo que hayan no es de su agrado. Es lo que se conoce vulgarmente por autoempleo. Los segundos detectan oportunidades de negocio, bien sea por heredar una empresa familiar, por encontrar un nuevo nicho de mercado en auge, por vocación,... o sencillamente quieren enriquecerse. Ésta última motivación suele estar mal vista en nuestra sociedad. El emprendedor, en cuanto que se queda con el beneficio de su empresa, tiene el estigma de “ilegitimo aprovechado”. La consideración de usufructo no merecido se le aplica desde que lo denunciara Karl Marx con su célebre “alienación del trabajador”, el cuál se frustraba al ser hurtado del fruto de su esfuerzo productivo. La parte que le falta a la reflexión anterior es que en caso de pérdidas el emprendedor responde de ellas en primera persona. Y que si cobra beneficios es porque se arriesga para conseguirlos. Como decía Adam Smith “No hemos de esperar a que nuestra comida provenga de la benevolencia del carnicero, ni del cervecero, ni del panadero, sino de su propio interés”. El panadero trabaja para que tengamos el pan de cada día, a tiempo y de calidad. Porque si no lo hace así nos iremos a la panadería de enfrente y aquél tendrá que cerrar. Como conclusión tendremos pan de calidad a un precio adecuado.

Lógicamente el interés propio, el egoísmo que mueve al empresario capitalista tiene un límite. Funciona hasta cierto punto. “El mundo tiene suficientes recursos para colmar las necesidades de toda la especie humana,… pero insuficiente para colmar la codicia de un solo hombre”. Sabias palabras de Ghandi que me hacen recordar a uno de los antihéroes capitalistas más famosos del cine. Gordon Gekko (Michael Douglas en Wall Street I) y su famoso discurso “Greed is good” (la codicia es buena) http://www.youtube.com/watch?v=84th6YwtA0w. Paradigma de mentiroso, manipulador de mercados, beneficiario de información privilegiada y carroñero despiadado. En el mundo, por desgracia, también existen tipos como éste. La realidad supera la ficción. “Así como existe un mínimo de necesidades humanas por debajo del cuál la vida resulta imposible, no existe prácticamente ningún límite superior para los deseos humanos” Carlo M. Cipolla. No obstante, no podemos condenar un sistema porque existan miembros indeseables que lo usen para hacer el mal. Debemos protegernos de los que se aprovechan de las debilidades del sistema para satisfacer sus más bajos instintos. Un sistema judicial que protega la propiedad privada y que castigue duramente a estos ladrones de guante blanco. Por desgracia, suelen tener los mejores abogados. Al librarse algunos de purgar por sus abusos, dan razones a los que no creen en el sistema para criticarlo, y tienen razón.

En nuestra sociedad existe un cierto recelo a la figura del empresario. Así como se reconoce su importante papel en la creación de empleo, riqueza y bienestar, también se le critica por su afán de lucro, supuestamente a costa de los trabajadores. La empresa está constituida por el empresario y los trabajadores. Y el futuro de aquella afectará tanto al uno como a los otros. Debemos superar las viejas reminiscencias de la lucha de clases marxista.
El paro juvenil es bestial, los jóvenes están de sobra formados y la vertiginosa evolución de las nuevas tecnologías hace pensar que, en ese caldo de cultivo, surgirán nuevos proyectos. Pero no es así. De hecho, Alfons Cornellá, consultor y conferenciante, afirma que "la emprendeduría resulta ser más una vocación de personas maduras que de los jóvenes". ¿Qué les falta a nuestros jóvenes?¿De verdad no pueden encontrar nada en lo que luchar con pasión por su proyecto? Quizás no sean ellos los culpables. Necesitan la Idea, Asesoramiento, Financiación, y Motivación. La Idea: no es necesario inventar nada nuevo. Hay que mejorar lo preexistente, que sea útil y mejore cualquier necesidad actual. Asesoramiento: lideradas por la Cámara de Comercio, CEIN y CEN, Navarra cuenta con una veintena de asociaciones e instituciones de ayuda a los emprendedores. Dan formación gratuita específica y asesoran sobre el Plan de Negocio, la financiación, las subvenciones, prácticamente cualquier duda que surja. Financiación: para la inversión están las tres Efes Family, Friends and Fools (Familia, Amigos y Locos, en inglés). Además de las vías tradicionales hay que buscar avalistas, Business Angels (Asociaciones de Inversores para nuevos proyectos) y empresas de Capital Riesgo. Y buscar la rentabilidad reduciendo al máximo todos los gastos fijos. No se compra nada, hay que alquilar todo lo necesario. Motivación: ¿Por qué? Respuesta a la gallega ¿Por qué no? ¿Qué tienen que perder? En el peor de los casos ganarán la experiencia. Obviamente no es tan fácil, de hecho es muy complicado, pero no seré yo quien les diga las pegas. Para eso están todos los que, en su entorno, les intentarán convencer para que no den el paso. Keneth Paul Morse (fundador del Centro de Emprendedores del MIT Masachusetts Institute of Technology) afirmaba en una visita a Barcelona: "Si no encuentra trabajo, créelo usted mismo. En los próximos cinco años la mayoría del empleo vendrá de las start-up (empresas de nueva creación)". Y daba algún consejo. "Ser ambicioso, no tener miedo al fracaso porque es la madre del éxito, construir un equipo y pensar ¡Podemos hacerlo¡" Suena muy americano, en el mal sentido de la palabra. Quizás debiéramos tomar ejemplo de su capacidad de emprender, innovar y liderar la economía mundial. Sus jóvenes universitarios quieren ser como Bill Gates (Microsoft), Steve Jobs (Apple) o el joven Mark Zuckerberg (Facebook). Me conformaría con copiar que nuestros universitarios también tuvieran en la cabeza emular a éstos u otros líderes por su capacidad para desarrollar nuevas empresas. Casualmente ninguno de los mencionados creadores llegó a terminar los estudios universitarios. Quizás no sean tan buen ejemplo, ¿o sí?
¿Cuándo empezamos a fomentar el espíritu emprendedor? En la universidad ya es tarde, hay que empezar desde niños. Sin atosigar a la chavalería. Porque da para otro artículo la presión que reciben algunos niños para dominar las asignaturas tradicionales más las extraescolares, más las actividades de moda (como aprender Chino). En una ocasión le preguntaron a Igor Stravinsky si era bueno estimular con música clásica a los niños en el vientre materno para que fueran melómanos de adultos. Él respondió que es mejor ponerle la música a la madre. Si ésta disfruta, ya se lo enseñará a su hijo. Así pues, debemos empezar concienciando a los padres para que éstos alienten a sus retoños. Podríamos empezar con poesía inspiradora. En mi despacho tengo siempre dos poemas que me acompañan e inspiran, “Ítaca” de Kavafis y “No te detengas” de Walt Whitman (ver Anexo 1). Por ahora se los voy leyendo a mis hijos. Me gustaría que fueran captando la esencia.

Hemos visto cómo la iniciativa del día del emprendedor ha caído en picado por la falta de financiación pública. Los famosos recortes han afectado a una iniciativa popular que festejaba el día de los que daban un paso adelante. Los que querían ser tractor y arrastrar a otros a conseguir prosperidad. Los que decidían levantarse antes que nadie por la mañana e ir a crear nuevas oportunidades. En Navarra han surgido interesantes iniciativas como NASF, Iniciador Navarra o el Plan Moderna para inversores y emprendedores. La sociedad civil está despertando del letargo de provocado por la opulencia de los felices años pasados. Debemos impulsarlos entre todos hasta que abramos los ojos a los infelices que miran al Estado para que les solucione sus problemas.


Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía y Emprendedor
http://economiapoliticaymas.blogspot.com

domingo, 20 de marzo de 2011

A vueltas con el Decrecimiento (Publicado en el Diario)

Me dispongo a contra argumentar algunas críticas a mi artículo sobre el Decrecimiento Económico, expuestas por mi exprofesor de Historia de la Economía D. Alejandro Arizkun Cela. Afirmaba que “el incremento de la productividad se ha apoyado en aumentos espectaculares de la energía utilizada” La productividad se ha visto favorecida por energía abundante y barata, pero si el crecimiento dependiera exclusivamente de este factor, países como Rusia, Venezuela o los Árabes serían el mayor exponente de crecimiento mundial. La economía crece, básicamente, por tres efectos: Porque los trabajadores tienen más capital (máquinas, instrumentos, etc.) con los que trabajar. En segundo lugar porque tienen una mayor formación que los hace más productivos. Y el tercer elemento es el progreso tecnológico (Bill Gates y compañía). No soy ajeno a la preocupación por la contaminación de nuestro planeta. Los fracasos del mercado deben ser corregidos por el Estado. La polución es uno de ellos. Como las ganancias de contaminar se las queda el empresario y la contaminación nos la repartimos entre todos, hay demasiados incentivos para contaminar. Las fábricas que contaminan deben ser desincentivadas mediante impuestos para que abandonen la tecnología antigua. El gravamen debe compensar el mal hecho y además debe alentar al empresario a cambiar la tecnología contaminante por otra limpia.
En mi anterior artículo no dije que quisiera que mis hijos fueran ricos (cosa que no me importaría). Lo que afirmaba es que, con las políticas de decrecimiento es seguro que ellos y mis nietos serán pobres. Y claro, los pobres no tienen la libertad de elegir qué quieren hacer con sus vidas. Bastante tienen con sobrevivir. Los pobres carecen de libertad de elección.
En Azagra, mi pueblo, estarían encantados de que se prohibiera la circulación de tomates (por cierto, son una maravilla). De esa forma tendrían, junto con otros pueblos productores, el monopolio de la venta de tan preciado manjar. La pega la tendrían los consumidores, pues el descenso de competencia en el mercado de tomates provocaría una subida, inmediata, de los precios del encarnado manjar. Si el transporte de tomates contamina, que le pongan un impuesto al emponzoñador. Si los tomateros viven protegidos por el estado, el cuál frena la competencia, no tendrán incentivos para cambiar nada, y serán más ineficientes que si tienen competencia. Además, cerrar el primer mundo a los tomates del tercer mundo (u otras mercancías sencillas como la textil) hace que los condenemos a la miseria. Si les contamos a los tomateros africanos las teorías del decrecimiento nos dirán que vayamos a predicar al desierto del Sahara. En los años sesenta hablar de pobreza era sinónimo de hablar de Asia. La introducción de economías de mercado y la iniciativa privada en países como China, India, Corea del Sur, Tailandia, Malasia, etc. ha provocado uno de los mayores progresos económicos y sociales de la humanidad. Solo en China más de 400 millones de personas han superado el umbral de pobreza durante este periodo.
Sobre las diferencias de renta: tengo que decirle que no soy envidioso de los bienes de mis vecinos. Cuanto más tengan, mejor para ellos.
Aboga por la felicidad de tener más tiempo libre o incluso dedicarse a no hacer nada. “Dolce far niente”, dicen los italianos. Podemos traducirlo como “dulce ociosidad”. Esta bella frase italiana se torna extremadamente amarga para los parados que necesitan que nuestra economía crezca por encima del 3% para que se genere empleo. Porque ya me dirá cómo va a solucionar el paro la teoría del decrecimiento. ¿Qué salida les queda?, ¿Emigrar? Desde el confort que da una plaza de funcionario es fácil caer en la tentación de filosofar sobre un sistema, como el decrecimiento económico, que no se ha implantado en ningún país civilizado.
Me ha gustado la cita del economista británico Kenneth Boulding, yo aporto otra de D. Xavier Sala i Martín, catedrático de Economía de la Universidad de Columbia “Averiguar qué es lo que permite que un país crezca, salga de la pobreza y sea rico es la cuestión más importante del mundo, porque afecta a las vidas y bienestar de miles de millones de seres humanos”.

Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía
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viernes, 18 de marzo de 2011

Emprendedores y Crecimiento Económico II. Educación

“La educación es la fabricación de ecos controlada por el Estado” Norman Douglas.

Me encanta la historia. Ahora bien, no me he aburrido más en mi vida que en las clases de historia del instituto. Eran horribles. Durante 55 minutos escuchabamos la voz ténue y débil de Doña Inés. Asomaba su diminuta cabeza sentada en la silla de su mesa o directamente sobre ésta (los días que quería innovar). Con la chaqueta sobre los hombros, dictaba de carrerilla la lección del día. Consegui aprobar por los pelos y me gané varias reprimendas suyas, y con razón, porque era incapaz de estar quieto. No quiero centrarme en mi querida Doña Inés porque no era la única, ni era culpa suya, un sistema creado hace cientos de años por el imperio Prusiano.

A mi admirado Adam Smith no le gustaba nada los “profesores públicos”. Éstos eran los que cobraban su sueldo independientemente del número de alumnos que acudían a sus clases o del entusiasmo que provocaran en el alumnado. Estos profesores al estar desprovistos de cualquier incentivo se esforzaban y trabajaban poco. El propio Smith fue remunerado por el número de alumnos que acudían a sus clases cuando era profesor en Glasgow. En algunas Escuelas de Negocios los alumnos examinan al profesor. Si éste obtiene una mala calificacción, es sometido a un programa de entrenamiento intensivo o es despedido. La enseñanza es demasiado importante y debe ser liderada por los mejores.

Invertimos menos que otros países de nuestro entorno (4,3% frente al 5,3% de media de la UE) y tenemos una enseñanza de menor calidad. Competir con China o India se va a hacer cada vez más difícil, ya que estos países están mejorando a marchas forzadas su sistema educativo. No sólo competirán en salarios bajos, sino que también lo harán en tecnología mejor que nosotros. España es uno de los países de la UE con mayor tasa de fracaso escolar (un 31% de los estudiantes abandonan la educación secundaria post obligatoria frente al 15% de la UE). Nuestro sistema educativo es igualitarista en la mediocridad. No se busca la excelencia porque no existe incentivos adecuados para ello. Los niños y jóvenes no tienen caminos para desarrollar su máximo potencial. Se les mide por su inteligencia verbolingüistica. Los niños que tienen otro tipo de inteligencia son relegados y salen de la escuela creyendo que son tontos. Pero obtener las mejores notas no garantiza el éxito en la vida “real”. Como tampoco es cierto que el mal estudiante vaya a ser un fracasado de adulto. Es la constación de que hay que cambiar el sistema. Partiendo de un mínimo común denominador de educación básica, a los estudiantes hay que facilitarles que estudien lo que les interesa. Ésa es la clave para que tengan éxito y alcancen la excelencia.

Se evidencia en el informe PISA que tenemos una distribución bimodal del rendimiento académico, donde los buenos estudiantes son mejores que las generaciones previas pero los malos estudiantes son mucho peores. Según el profesor Juan José Dolado, profesor de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid: “Nos olvidamos de temas de mayor calado como son (i) la recuperación de la cultura del esfuerzo mediante incentivos adecuados, (ii) la existencia de los controles centralizados (sería muy conveniente recuperar la antigua reválida a los 14 años abolida en 1970), (iii) la insuficiente oferta de “pasarelas” de acceso a la formación profesional al acabar la primaria (la ratio de alumnos en FP y universidad es 1:2.5 en España, frente a 1:1 en la UE), (iv) el reforzamiento del aprendizaje de los idiomas extranjeros (todavía un 55% de la población española no habla ninguno), (v) la financiación generosa de grupos de apoyo para los alumnos desaventajados, (vi) el uso de tecnologías modernas en la transmisión de conocimiento (solo en el 8% del tiempo en clase se utilizan las TICs, aunque se espera mejore con el nuevo plan escuela 2.0), en combinación con el necesario esfuerzo memorístico y el trabajo en casa, y (vii) el reforzamiento de la figura del profesor mediante su formación y reciclaje continuo. En definitiva, se trata de enfatizar el mensaje inequívoco de que la educación no es algo lúdico sino costoso. Éstas son las recetas del éxito en países como Corea o Finlandia, los líderes de PISA. Se trata de extender a la educación pública lo que ya ofrece la privada y concertada, para que compitan en igualdad de oportunidades, eliminando la baja movilidad social que impera en el sistema actual donde la renta familiar (p. ej., la disponibilidad de libros en el hogar) es un indicador preciso de la elección de tipo de colegio.” Un estudiante universitario tiene un coste medio de 7.700 € en una universidad pública y paga una matrícula media de unos 1.000 €. Es decir, que recibe un subsidio anual del contribuyente de 6.700 €. España destina a becas el 0.08% del PIB mientras que la UE destina el 0.25%. El sistema anglosajon se basa en matrículas caras combinado con becas para igualar en oportunidades a las clases menos favorecidas. En España es café para todos. El fracaso escolar es muy elevado. Un 30% abandona la universidad a los dos años sin título alguno. Sólo el 30% acaban una licenciatura en los cuatro años reglados. Además de ser malos datos en sí mismos, suponen un despilfarro de dinero público. Según el profesor Juan José Dolado “Con un flujo de entrada anual de 220 mil alumnos en la universidad pública y un stock de 1,22 millones en 2008, ello implica un desperdicio anual de algo mas de 2.790 millones de euros al año, casi el 0.26% del PIB. Si a este coste añadimos otros 2.050 millones de euros (0.19 % del PIB) procedentes del otro 30% de abandono escolar en la ESO (cuyo gasto anual por alumno en el sistema público es de € 4.500) y que un 35% de este colectivo acaba dicha etapa educativa en 5 años y no en la duración habitual de 4 años, la pérdida anual agregada se eleva a 5.562 millones de euros, es decir, cada año puede llegar a desperdiciarse algo mas de medio punto porcentual del PIB a consecuencia de la ineficiencia del sistema educativo público en nuestro país (un 12% del 4.3% del PIB que se gasta en educación).” Y sus propuestas “La necesaria reforma de nuestra universidad requiere la implantación urgente de un conjunto de medidas , entre las que destacaría las siguientes: (i) una mayor libertad por parte de las universidades públicas en la fijación de tasas ordinarias de matrícula y en la penalización del coste de las tasas extraordinarias para los alumnos repetidores; (ii) una mayor flexibilidad en la duración de los grados (como ocurre con las licenciaturas, donde, durante bastante tiempo, han venido coexistiendo las de 4 y 5 años); (iii) un sistema salarial mucho mas flexible dentro de los límites presupuestarios (con fondos públicos y privados) de cada institución evitando la excesiva uniformidad por categoría profesional (TU y CU) que rige en el modelo funcionarial existente. ; (iv) una financiación pública que de mucho más peso a la calidad y no tanto a la cantidad mediante la evaluación periódica de los departamentos universitarios en cada disciplina (tipo Research Assessment Exercise en RU); (v) un estatuto de la carrera profesional del personal académico (PDI) que fomente la movilidad y el control de calidad del mismo (con amplios períodos de prueba o tenure track), evitando la endogamia existente y los desincentivos derivados de la funcionarización masiva y prematura de una significativa proporción de sus integrantes; (vi) la apertura de nuestro sistema universitario a investigadores procedentes de otros países (sólo el 0.5% de nuestros profesores universitarios son extranjeros frente al 30% en EEUU y el 25% en RU); y (vii) una potenciación de la financiación y reconocimiento social de la FP superior como vía de acceso mucho mas eficiente al mercado laboral para muchos alumnos que fracasan en la universidad. La reciente reforma de la educación superior en Finlandia (la medalla de oro en PISA) que elimina la condición de funcionarios a PDIs retroactivamente a partir de enero de 2010, reduce el número de universidades mediante fusiones entre las ahora existentes y cambia radicalmente el sistema de gobernanza de las universidades públicas puede suponer un buen benchmark para la necesaria reforma de nuestro sistema universitario. Se argumentará que una reforma de este calado no es posible en nuestro entorno pero cabe recordar que hace dos décadas se eliminó la naturaleza funcionarial de los médicos de la Seguridad Social, pasando a tener contratos laborales ordinarios, y no parece que el sistema público de salud se haya resentido un ápice”

Nuestro sistema educativo proviene de Prusia. El propósito del sistema prusiano era crear soldados y empleados. Los primeros para extender y mantener el imperio. Los segundos para incorporarse a las fábricas como mano de obra. Así pues, los que primaba era hacer moldes iguales fáciles de gestionar en gran número. No quiero que se me malinterprete, no hago una crítica a ser soldado o empleado. Toda sociedad necesita soldados y empleados. Lo que cuestiono es el sistema educativo que nos hace salir a todos fabricados por el mismo patrón, en busca de un empleo y reaccionando como buenos soldaditos. Nos encontramos en la era de la información. Debemos ambicionar algo más que tener las aptitudes y actitudes que buscan los empleadores. Cuando salí de la universidad comprendí el viejo adagio cartesiano “solo sé que no se nada” y que la educación continuaría mucho tiempo después de abandonar las clases.


Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía y Emprendedor
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lunes, 14 de marzo de 2011

Emprendedores y Crecimiento Económico I. Introducción

“Las consecuencias que este tipo de cuestiones entrañan para el bienestar humano son sencillamente estremecedoras: una vez que uno empieza a pensar en ellas es difícil pensar en cualquier otra cosa” Robert Lucas, sobre el Crecimiento Económico.

Si analizamos las consecuencias del crecimiento a largo plazo comprenderemos mejor, la anterior cita, del insigne Nobel de Economía de 1995. Pequeñas diferencias en la tasa de crecimiento, sostenidas durante largos periodos de tiempo dan lugar a escenarios futuros completamente distintos. Me explico: Los Estados Unidos pasaron de tener una PIB per cápita de 2.244 $ en 1870 a 18.258 $ en 1990 (ambas cifras en dólares reales de 1985), llegando a ser el país más próspero del mundo. Lo que supone un crecimiento anual del 1,75%. Si el crecimiento hubiera sido del 0,75% la cosa hubiera cambiado ostensiblemente pues el PIB per cápita sería de 5.519 $, menos de una tercera parte. Estarían a la altura económica de países como Hungría o México. Tasas de crecimiento del 2,75% las mantuvieron en el mismo periodo países como Japón o Taiwan. Pasaron de sociedades autárquicas y rurales a encabezar el ranking de prosperidad mundial. Crecer al 1,75 % ó al 0,75% parece poca cosa, pero en una centuria provoca que nuestros hijos o nietos vayan a ser ricos o pobres. (Datos publicados en “Apuntes de Crecimiento Económico” Xabier Sala i Martín, Catedrático de Economía de la Universidad de Columbia).

La economía crece, básicamente, por tres efectos: Porque los trabajadores tienen más capital (máquinas, instrumentos, etc.) con los que trabajar. En segundo lugar porque tienen una mayor formación que los hace más productivos. Y el tercer elemento es el progreso tecnológico. Casi todos los gobiernos se centran en fomentar la inversión nacional, la educación y las actividades de investigación y desarrollo. Sin embargo, no a todos les funciona la misma receta. En unos casos por centrarse en sectores en declive. Muchas veces las ayudas públicas van a socorrer empresas quebradas. En otras ocasiones se estimulan con subvenciones determinados sectores que encajan con el partido en el poder o están de moda. También se fomenta el gasto en innovación como un fin en sí mismo, porque hay que llegar a determinado porcentaje de gasto para ser europeos. Hay mil variantes de políticas públicas erróneas, pero la causa principal es que el crecimiento económico real (el que funciona) no lo lideran los estados (salvo en los regímenes comunistas, con aciago resultado para sus súbditos). Que no lidere no significa que no influya en él. Lógicamente el peso de estado en nuestro páis es enorme, y en consecuencia sus decisiones son muy importantes.

“El crecimiento, la prosperidad y el bienestar se generan desde abajo, no desde el Estado. Sólo cuando se deja que el espíritu humano invente y cree, sólo cuando los individuos pueden tomar sus decisiones libremente y obtienen recompensa personal cuando tienen éxito, sólo entonces las sociedades están económicamente vivas y son dinámicas y libres” Ronald Reagan dixit. No sabría expresarlo mejor. Los estados deben facilitar el medioambiente adecuado para que prospere la iniciativa privada. No mediante ayudas directas sino creando un marco jurídico seguro, facilitando los trámites para constituir empresas, relajar la imposición a las nuevas empresas y fomentar la libre competencia en mercados abiertos. Para facilitar la productividad debemos abrirnos a grandes mercados. Como decía Adam Smith, cuanto más grande es el área de intercambio mayor resulta la oportunidad de especialización (a través de la división del trabajo). Y una mayor especialización devendrá en una mayor eficiencia. Los precios serán bajos y el suministro de mercancías abundante.


Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía y Emprendedor
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