jueves, 5 de abril de 2012

Tente mientras cobro

Erase una vez un pueblo en el que no había confianza entre sus vecinos, pues todos se debían algo entre sí. Un día llegó un ruso al hotel. Quiso reservar una habitación y el recepcionista le pidió 100 € de fianza. En cuanto le pagó el ruso, el dueño del hotel pasó a la carnicería de al lado a pagar los 100 € que le debía. El carnicero cogió ese dinero y se lo dio al ganadero. Y éste le pagó al vendedor de piensos. A su vez él cogió los 100 € y le pagó unos servicios que tenía pendientes con una prostituta. Y esta fue al hotel a devolverles los 100 € que debía de una habitación que reservó. Justo cuando el dueño del hotel recibió el dinero bajó el ruso de la habitación. Le dijo que no quería alojarse, que le devolviera sus 100 € y se marchó. Confianza, se compone de con y fianza. Y en este pueblo todos cobraron y volvieron a tener fianza.
A partir del 2 de abril los proveedores (nada menos que 177.070) con facturas pendientes podrán acogerse al Plan de Pago abierto por el gobierno central. Este plan consiste en un préstamo a diez años que solicitó el gobierno para hacer frente a las deudas de los ayuntamientos (20.000 millones) y comunidades (15.000 millones). Muchos de estos proveedores que daban todo por perdido, se han encontrado con una oportunidad para saldar sus deudas. En algunos casos les va a tocar asumir una quita. Tendrán que renunciar a una parte. Pero mejor algo que nada. La liquidez es a las empresas como la gasolina a los coches. De nada me sirve tener un Ferrari en el garaje si no tengo gasolina. Coge el dinero y corre. Este Plan de Pago pretende solucionar la situación pero no debemos pasar por alto el problema. Políticos y gestores de ayuntamientos y comunidades son los causantes de esta ruina. Para evitar este tipo de desmanes el gobierno ha sacado una nueva ley que castigará penalmente a los gestores públicos dolosos. No se puede permitir que se oculten facturas, se gaste a sabiendas de que no hay presupuesto y demás acciones malintencionadas. Lástima que no hayan dicho nada de castigar a los incompetentes. Supongo que el castigo se lo llevarán sus administrados por votarles. En el sector privado no pinta mejor. Aquí no paga nadie. No sirve de nada que los bancos centrales inyecten dinero a la economía si éste no se mueve. Como decía mi profesor de Economía Enrique Galarza el dinero es como el estiércol, no hay que amontonarlo, para que haga su función hay que extenderlo.
La normativa sobre morosidad, de 2010, obliga al sector público a que los pagos deben realizarse como máximo ¡En 30 días¡ Para las empresas los plazos se pueden alargar 60 días. La ley no se cumple y no pasa nada. Los plazos de pago de las grandes empresas son inaceptables. Se los pasan por el arco del triunfo y lo normal son pagos a 180 días o más. Especialmente en el sector de la construcción. Como pagan un día fijo del mes, si le presentamos la factura el día después de cobro, nos acaban de meter otro mes más de retraso. Es una espiral de retrasos en el pago que convierte a los proveedores en financieros de sus clientes. El proveedor, que sabe que le va a costar tiempo cobrar, presenta a su banco la factura para que le adelanten el dinero a cambio de un módico pellizco (o no tan módico a los precios que está hoy el dinero). Los grandes beneficiarios son las entidades financieras que son las que recogen esas facturas y van mordiendo pedacitos más grandes conforme se alargan los plazos y suben los intereses. Si le sumamos esto al incremento de los impagos, a las empresas solo les llegan las migajas, cuando llegan,… La morosidad está por las nubes. Las empresas contratan seguros de cobro para controlar el riesgo. Las aseguradoras suelen cubrir el ochenta por ciento de la factura a cambio del pago de una póliza anual. A más morosidad seguro más caro. Y hay clientes a los que no cubren estas aseguradoras (o lo hacen en cantidades mínimas). El dilema es ¿les vendemos o no? Como nadie les fía, al final no les vendemos ¿vendrá algún ruso, como el del cuento, para desatascar este círculo de impagos y desconfianza?

Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía
www.economiapoliticaymas/blogspot.com