viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Hará bueno el 2012 al 2011? Publicado en Diario de Navarra el 3/1/2011

El nuevo Ministro de Economía Luis Guindos se estreno en el cargo anunciando que España había decrecido en el último trimestre de 2011 y que se esperan resultados negativos para el primer semestre de 2012. Algunos ya le han criticado por decir la verdad. ¿Acaso es mejor que mienta? La mayoría de analistas internacionales alertan de la contracción de la economía UE con riesgos de entrar en una depresión global. Francia va derecha a la recesión. El Reino Unido tiene el PIB estancado. Hasta Alemania parece que tendrá problemas en 2012 debido a la débil demanda de sus principales clientes europeos. Escuchar estos pronósticos es deprimente. Dan ganas de irse al pueblo a poner un huerto y criar gallinas.
Las políticas de demanda, es decir, de aumento del gasto público, no han dado los resultados esperados por sus ejecutores. La situación ha llegado a tal punto que hemos visto a países como Grecia, Irlanda o Portugal aferrarse a las ayudas del FMI para no hacer suspensión de pagos. Aún así, todavía siguen algunos, como el premio Nobel Paul Krugman, pidiendo que se siga por la vía de gastar más. ¿No han tenido suficiente con lo sucedido en 2010 y 2011? ¿Hasta dónde quieren aumentar la dimensión del problema? Como decía F. Hayek “Si vives a lo grande endeudándote con créditos baratos no me pidas remedios milagrosos para la resaca”. Estamos ante la mayor crisis financiera desde 1929. No hay dinero suficiente para tapar tantas necesidades de financiación. Warren Buffet dice que cuando llega la sequía del crédito es como cuando baja la marea. Entonces, es cuando se ve quién estaba nadando sin bañador. Y es que estos años se han tapado muchas vergüenzas con las socorridas refinanciaciones de la deuda.
Los empresarios miran los análisis macroeconómicos como los agricultores siguen el parte meteorológico. Con estas previsiones ¿quién se arriesgará a sembrar? A las personas físicas les pasa prácticamente lo mismo. Como dice la teoría de la demanda agregada las decisiones de gasto e inversión se toman con los recursos actuales pero también con la confianza que tengamos en nuestros ingresos futuros. Por lo tanto, estamos ante un círculo vicioso que debemos romper. Siguiendo con el símil inicial, nos encontramos en invierno y no es probable que en enero lleguemos a los 30 grados centígrados, pero la economía son ciclos y sabemos que llegará la primavera, la cuestión es cuándo.
La solución más socorrida, cuando podíamos, era devaluar la peseta. Tenía sus consecuencias negativas como el encarecimiento de los precios del petróleo y la inflación pero por otra parte conseguíamos competitividad de un plumazo. Y sin tener que esforzarnos en implantar reformas que nos hicieran más competitivos. Luis Garicano, catedrático de la London School of Economics, propone hacer reformas estructurales que incrementen la tasa de crecimiento a medio y largo plazo. Primero implantar el contrato único con indemnización creciente para evitar la dualidad del mercado laboral. El cuál es un mercado híper regulado. No tiene lógica que con 5 millones de parados se incremente el coste salarial. Aboga también por la descentralización de la negociación colectiva. Hay empresas que no encajan en el corsé que imponen los negociadores empresariales y sindicales, y hoy por hoy, (salvo excepciones) no tienen la capacidad de llegar a acuerdos con sus trabajadores por debajo del convenio. Faltan reformas sustanciales en los servicios profesionales y servicios locales como generadores de empleo. Y una reforma del mercado del alquiler que consiga movilizar el millón de viviendas vacías. España ha realizado reformas cuando ha sido necesario como Adolfo Suárez con la reforma política, Felipe González con la reconversión industrial y José María Aznar con la entrada en el euro. Esperemos que este Gobierno vaya más allá de subir los impuestos y aprobar la Ley Sinde.

Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía
economiapoliticaymas/blogspot.com