lunes, 3 de marzo de 2014

Estrellas arruinadas piden para comer (Publicado en Diario de Navarra, 31/3/2014)

Estrellas arruinadas piden para comer
Hace unos días nos enteramos que Vieri, otrora figura mundial de futbol, pide trabajo como entrenador para poder comer. Aficionado a las mujeres y al póker, ha dilapidado lo que le quedaba en los negocios. Aportó 3 millones de euros en una empresa que le ha dado unas pérdidas de 16. El delantero italiano es el último ídolo caído desde el Olimpo del éxito deportivo y económico. Pero muchos han sido los ídolos despeñados en la miseria económica por su mala cabeza para las finanzas. En 2009 un reportaje de la revista Sports Illustrated “How athelets go broke” desató una polémica internacional por un artículo en el que afirmaba que el 78% de los jugadores de fútbol americano y el 60% de los baloncestistas de la NBA se arruinaban en menos de 5 años desde que abandonaban el deporte profesional. En otros deportes de masas el resultado no era mucho mejor. En 2012 el programa de TV “Broke; estrellas en la ruina”[1] emitido en Canal Plus ahondaba en estos hechos. Una pléyade interminable de casos dramáticos mostraban la cruda realidad de las consecuencias de la ignorancia financiera y personal de una gran mayoría de deportistas de élite mundial. Algunos hacen bueno el dicho “Un tonto con dinero es una gran fiesta”.
Evander Holyfield, famoso por ser campeón de los pesos pesados y porque Mike Tyson le arrancó una oreja de un mordisco, decidió comprarse una finca de 40 Hectáreas y plantar en medio un palacio de 5.000 m2. Tuvo 11 hijos con 9 mujeres distintas. Malas inversiones, divorcios, pensiones alimenticias y su desmesurado aprecio por los mega proyectos lo dejaron en la calle, más tieso que la mojama. Su rival, Tyson, ganó 400 millones de dólares y acabó arruinado. ¿Cómo va a pensar quién ha ganado tanto dinero que se puede quedar sin un duro algún día? En la NBA Charles Barkley, figura de los años 90, dilapidó más de 10 millones de dólares en el juego. Estos son casos de vidas disolutas pero también ha habido un gran número de casos de incautos que se han dejado “asesorar” por timadores profesionales. A los que entregaban dinero para pagar impuestos y se lo quedaban, o directamente saqueaban sus cuentas sin pudor.
En USA hablan del “La culpa del católico” para referirse a la imposibilidad de decir no a familiares y amigos que se arriman a chupar del bote. Hubo casos de atletas que mantenían a más de 25 familias. Una bola que va creciendo y que termina por arrastrar toda la fortuna. Una gran mayoría de los arruinados lo ha sido por sus malas inversiones. Primero por invertir en pasivos y no en activos. Es decir, comprar grandes casas (pasivos) como inversión, cuando solo conseguían sangrar con gastos de mantenimiento lo que les quedaba en la cuenta. Y cuando invertían en activos como empresas lo hacían con grandes pérdidas. Como un famoso lanzamiento de empresa tecnológica que había diseñado flotadores para muebles en casas inundables. Se suponía que cuando llegaba la crecida se hinchaban los flotadores y los muebles navegaban plácidamente hasta que se calmara la tormenta y fueran a recogerlos. Por increíble que parezca esta empresa, convenció y luego arruinó a varios deportistas que la  financiaron. En las universidades americanas han empezado a preocuparse por la educación financiera y psicológica de sus jóvenes promesas. Que sepan que los cambios en su vida van a ser muy fuertes y difíciles de gestionar. Les insisten en que deben acumular durante su carrera para vivir con ese dinero otros 50 años y que deben asesorarse por profesionales y no por amigos o dudosas recomendaciones. Esta epidemia de caídas fulgurantes también la tenemos en nuestro país. La más sonada fue la demanda de 45 millones de euros que interpuso Arancha Sánchez Vicario contra sus padres. La tenista alegaba que sus progenitores malgastaron su fortuna sin su consentimiento. La educación en el manejo del dinero, que es transversal a cualquier oficio que tengamos, brilla por su ausencia en los programas educativos de nuestro país. Aquí tampoco nos libramos de la incultura financiera. Y sino que les pregunten a los que invirtieron en las infames preferentes “asesorados” por su entidad financiera de confianza.


Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía
economiapoliticaymas/blogspot.com   


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