sábado, 30 de noviembre de 2013

Subida de impuestos, a la contra de los Fueros. Publicado en Diario de Navarra el 4 de diciembre de 2013




El origen del Fuero navarro era limitar el poder del rey. Hasta que el rey no juraba los fueros no era reconocido como tal. Más recientemente, en el año 1894 el ministro de Hacienda del gobierno central Germán Gamazo cargó contra el régimen foral navarro con el propósito de subir los impuestos. Nuestros bisabuelos se rebelaron contra el ministro con grandes manifestaciones,  recogidas de firmas y fondos. Las presiones lograron que no se aplicara la nueva ley.  Y con el dinero recaudado se erigió enfrente de la Diputación Foral el monumento homónimo como símbolo de la Libertad navarra. Me lo contó mi padre, y a él el suyo. En toda ciudad y pueblo de Navarra las más importantes plazas están dedicadas a nuestros Fueros.
En los últimos años se está dando la vuelta a lo que tan bien ha funcionado durante decenios. Nuestro gobierno cayó en la trampa del derroche del gasto público en la presente crisis. El Plan Navarra vació las exiguas cuentas forales y nos ha convertido en una de las regiones más endeudadas.  Pero la oposición no critica esto, sino que quiere ahondar en el error incrementando más el derroche. Disparar con pólvora del Rey tiene que ser muy divertido para que el que dispara, pero al final pagamos los de siempre. Alegan que el error estriba en que no se ha gastado lo suficiente. Y pretenden subir impuestos a los ricos para financiarlo. Pero ¿qué ricos? Los que pagamos impuestos somos la clase media y las pymes. Los ricos son pocos, escurridizos y huidizos. Pretenden oprimirnos fiscalmente justo a los que sacaremos a la economía de su pozo actual. Deben hacer justamente lo contrario, reducir impuestos para que la clase media consuma y las empresas contraten.  
La riqueza de Navarra no es debida a los partidos políticos de distinto color que han estado en el gobierno. Navarra ha sido siempre y es una de las regiones más ricas. La clave de nuestro éxito es el carácter trabajador, ahorrador, esforzado y luchador de los navarros. Y también, a que aquí se pagaban menos impuestos. La menor presión impositiva es un imán para atraer inversiones de empresas y de particulares con rentas altas. Esto, unido al carácter navarro, es garantía de éxito. Con la competitividad de un mundo cada vez más pequeño, en el que las personas, el dinero y las inversiones se mueven con más facilidad, es imprescindible mantener lo que ha funcionado y funcionará.  
Recientemente hemos sido testigos de una votación unánime en el Parlamento de Navarra. Pues bien, esa rareza ha consistido en crear un impuesto a los depósitos bancarios. Para empezar lo que se va a conseguir es una huida de capitales. Todo el que pueda tendrá sus depósitos fuera de aquí. Hacer esto cuesta unos segundos desde cualquier Web. Casualmente en febrero se implanta el mercado financiero SEPA, el cual facilita las transferencias de particulares en la UE. Por una parte, subimos los impuestos y por otra se facilitan los movimientos de capitales. Consecuencia; tonto el último. Los depósitos que queden en Navarra serán de los que no sepan cómo sacarlos.
EL circuito de incrementar el gasto público para estimular la economía ni ha funcionado, ni va a funcionar. La incapacidad para pagar la deuda a punto ha estado de ponernos en las manos de los hombres de negro de la Troika y del FMI. Los cuales intervienen para poner las condiciones del prestamista; asegurarse el cobro a costa de los ciudadanos. Gastando más allá del límite nos pondremos en sus manos. El gasto esclaviza y la austeridad libera, como dice Daniel Lacalle. Si donde dice austeridad decimos ahorro, nos sirve perfectamente como lema navarro. ¿Se nos ha olvidado a los navarros nuestra tradición? ¿Las calles, plazas y el monumento han quedado como un vestigio de nuestro pasado? ¿Quién defiende hoy los Fueros? Definitivamente, los Fueros son historia.

Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía

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