jueves, 3 de junio de 2010

Esto lo arreglamos con emprendedores

Hace menos de un año mi amigo Carlos Lecea me contó, apenado, que le habían despedido de su empresa después de casi veinte años trabajando como técnico. Posteriormente terminó en suspensión de pagos y todos los trabajadores han ido a engrosar las listas del paro. Hasta ahí nada de particular, por desgracia, para millones de trabajadores en estos tiempos. Lo destacable es que mi amigo Carlos se lanzó a crear su propia empresa, basándose en su experiencia, conocimiento de clientes y coraje. Este pasado fin de semana coincidimos y me contó, orgulloso, que había contratado dos trabajadores para que le ayudaran (uno un ex compañero suyo). Le desee suerte para hace frente al proceloso mundo de los negocios. No se lo dije, pero casi el 70% de las empresas cierran antes de los dos años desde su constitución. Cuando cumpla los dos años habrá que celebrarlo. Le comentaba a mi amigo que cuando terminé la carrera (1995) lo último que se me hubiera ocurrido era montar una empresa, primero de todo porque no tenía ni idea de qué era trabajar. Y no menos importante porque todos mis amigos, conocidos y yo mismo, salíamos pensando en buscar trabajo en un banco o caja, sacar plaza de funcionario o en alguna empresa de postín. Esto no era ni bueno ni malo, era imposible. ¿Cómo vamos a conseguirlo si nos apelotonábamos todos en las mismas ofertas? Creo que los jóvenes universitarios no han cambiado mucho en los últimos quince años.

Keneth Paul Morse (fundador del Centro de Emprendedores del MIT Masachusetts Institute of Technology) afirmaba hace unos días en una visita a Barcelona: “Si no encuentra trabajo, créelo usted mismo. En los próximos cinco años la mayoría del empleo vendrá de las start-up (empresas de nueva creación)”. Y daba algún consejo “Ser ambicioso, no tener miedo al fracaso porque es la madre del éxito, construir un equipo y pensar ¡Podemos hacerlo¡” Suena muy americano, en el mal sentido de la palabra. Quizás debiéramos tomar ejemplo de su capacidad de emprender, innovar y liderar la economía mundial. Sus jóvenes universitarios quieren ser como Bill Gates (Microsoft), Steve Jobs (Apple) o el joven Mark Zuckerberg (Facebook). Me conformaría con copiar que nuestros universitarios también tuvieran en la cabeza emular a estos u otros líderes por su capacidad para desarrollar nuevas empresas. Casualmente ninguno de los mencionados creadores llegó a terminar los estudios universitarios, quizás no sean tan buen ejemplo, ¿o sí? .

El paro juvenil es bestial, los jóvenes están de sobra formados y la vertiginosa evolución de las nuevas tecnologías hace pensar que, en ese caldo de cultivo, surgirán nuevos proyectos. Pero no es así. De hecho, Alfons Cornellá, consultor y conferenciante, comentaba en la sede de la CEN que “la emprendeduría resulta ser más una vocación de personas maduras que de los jóvenes”. ¿Qué les falta a nuestros jóvenes?¿De verdad no pueden encontrar nada en lo que luchar con pasión por SU proyecto? Quizás no sean ellos los culpables. Necesitan la Idea, Asesoramiento, Financiación, y Motivación. La Idea: No es necesario inventar nada nuevo. Hay que mejorar lo preexistente, que sea útil y mejore cualquier necesidad actual. Asesoramiento: Lideradas por la Cámara de Comercio, CEIN y CEN, Navarra cuenta con una veintena de asociaciones e instituciones de ayuda a los emprendedores. Dan formación gratuita específica y asesoran sobre el Plan de Negocio, la financiación, las subvenciones, prácticamente cualquier duda que surja. Financiación: Para la inversión están las tres Efes Family, Friends and Fools (Familia, Amigos y Locos, en inglés). Además de las vías tradicionales hay que buscar avalistas, Business Angels (Asociaciones de Inversores para nuevos proyectos) y empresas de Capital Riesgo. Y buscar la rentabilidad reduciendo al máximo todos los gastos fijos. No se compra nada, hay que alquilar todo lo necesario. Motivación: ¿Porqué? Respuesta a la gallega ¿Porqué no? ¿Qué tienen que perder? En el peor de los casos ganarán la experiencia. Obviamente no es tan fácil, de hecho es muy complicado, pero no seré yo quién les diga las pegas. Para eso están todos los que en su entorno les intentarán convencer para que no den el paso.

2 comentarios:

  1. Adjunto el magnífico comentario que Juan Esain me ha pasado a mi email y me permite publicar aquí;

    En primer lugar, decir que la afirmación de Kenneth Paul Morse de que en sólo cinco años la mayoría de empleos vendrá de empresas nuevas es más que ilusorio, es fantasía, sobre todo en un país como el nuestro que como tu bien lo describes carece de una juventud entusiasta y agresiva (en el buen sentido) para salir a la calle y comerse el mundo. Nosotros vamos a paso de bolero mientas otros bailan música techno. No habrá tal cambio.

    Una de las cosas que más me ha llamado la atención al conocer España desde dentro (otra cosa es añorarla desde la lejanía) ha sido las pocas expectativas que hay para que el joven universitario de hoy ponga toda la carne en el asador y se lance a triunfar en la vida. Es más fácil andar de botellón, graduarse a punta de cincos, y tomarse un treinta por ciento más de tiempo del que haría falta para acabar la carrera porque al final, ¿para qué correr si el paro me espera sin posibilidad de evasión?...

    Mucho van a tener que cambiar las estructuras de este país para cambiar la tendencia que hoy resulta imparable.

    Muchas veces comparo a esta España (guardando las diferencias, que son notables por cierto) y las ayudas europeas, con lo que hizo Venezuela con su petróleo: Nada, gastarlo improductivamente cuando se pudo haber aprovechado para realmente desarrollar e industrializar este país, cosa que no ha ocurrido con la amplitud que hubiera sido deseable y que me temo que para que ocurra será necesario volver a pasar otra crisis como la que vivimos los que tenemos más de cincuenta años. “El hambre agudiza el ingenio” se decía cuando yo era chaval aunque yo la pasé y no me haya destacado por ser tan ingenioso creo que es una realidad humana que no sólo española.

    Douglas McGregor, uno de los más célebres científicos del comportamiento que en este mundo han sido, decía que “el hombre trabaja por el pan...cuando no hay pan”. ¡Vaya verdad como un templo!. Pero en todo caso, aquella necesidad obligaba a lanzarse a la calle a darse de tortas con la vida porque había que llevar dinero a casa. Hoy es a la inversa, ves treintañeros gorroneando todavía a sus padres ya mayores, y muchas veces sin demasiados recursos para asegurar su propia supervivencia...¡vaya cuadro amigo!.

    Esto, unido a que la mayoría de las empresas son manejadas con un liderazgo ejercido desde la autocracia más añeja, hace que el trabajo sea desde el mismo inicio una experiencia desagradable para la mayoría y que condiciona sus conductas para toda la vida en términos de poca ambición, como la de conformarse con ser funcionario para asegurarse unos ingresos limitados pero lejos del hambre y otras necesidades, esperar la pensión de vejez, vivir al día, mucho fútbol aunque haya que verlo en un bar, etc. Etc...

    ¿Lo ves tu diferente? Ya me gustaría que me dieras un repaso y me demostraras lo equivocado que estoy, después de todo vine a quedarme pase lo que pase, para mi ya no hay tiempo para volver a emigrar...que sí tendrán que hacerlo los más competentes y preparados.

    Un abrazo

    Juan

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  2. Respuesta a Juan Esain:

    “La juventud de hoy está corrupta en el alma, es malvada, impía, descuidada. No podrá nunca ser lo que era la juventud de antes, y no podrá nunca conservar nuestra cultura.” Esta dura frase, que parece de lo más actual, en realidad, pertenece a una tableta de barro de Babilonia de hace unos tres mil años”. A pesar de ello, no deberán ser muy acertadas estas sentencias incriminatorias de los jóvenes porque el mundo no ha sucumbido a la amenaza. En los jóvenes, con un 40% de paro, está el futuro para cambiar o emigrar. Si eligen el cambio deberán emprender porque en los próximos cinco años no va a haber demanda para trabajar por cuenta ajena. O se lo montan ellos o se sacan el pasaporte. O ambas cosas. Montan su empresa aquí y se instalan también en un cluster (tipo Silicon Valley) para espabilar y ser más competitivos.

    Sobre las ayudas europeas. Nadie se ha hecho rico recibiendo limosna. Las ayudas han fracasado para lograr la convergencia. Con una diferencia tan importante de rentas entre los países, el ajuste será largo y esa asimetría perjudicará a sus miembros. Como se ha visto en la crisis de deuda griega. Los más lentos marcan el ritmo. No se puede lograr la convergencia con ayudas sino marcando unas reglas de juego iguales para todos, liberalizando el mercado, fomentando la movilidad de las personas (limar las barreras idiomáticas y culturales) Soy pesimista en cuanto a la creación de estos entes mastodónticos llamados Comisión y Parlamento Europeos. Grandes colosos burocráticos de insaciable apetito gastador. Alejados del ciudadano medio y refugio de las viejas glorias de la política nacional .Me recuerda a las películas de romanos cuando sale la decadencia del Senado, pero en versión aburrida.

    Me encanta la cita de Douglas McGregor “el hombre trabaja por el pan… cuando no hay pan”. Traduciéndolo al mundo laboral: los jóvenes se preparan para encontrar trabajo… cuando no hay trabajo. Antes de la crisis o estudiabas o a la obra (construcción).

    Esas empresas de autocracia añeja, que mencionas en tu respuesta, desaparecerán. Las que funcionen así de mal tendrán malos resultados y pagarán con su quiebra. Salvo que venga el gobierno de turno a dar ayudas para que no cierren y alargar la agonía. Porque al final caerán y habremos gastado recursos inútiles para mantener al enfermo terminal. Este es un problema que añado yo. Las ayudas para mantener a las que lo han hecho mal. Éstas perjudican a los que lo han hecho bien, ya que lo justo es que quiebren y dejen el paso libre a lo nuevo. Destrucción creativa que diría Schumpeter. Y en las empresas nuevas está el futuro, como debe ser, esperemos que más temprano que tarde.

    Tengo que darte la razón con la emigración. No sé si me tocará a mí, pero a mis hijos muy probablemente. Ahora bien, creo que la inmigración será distinta a la que conocimos antaño. Las nuevas empresas tienen en sus plantillas trabajadores de distintas nacionalidades y culturas. No han hecho más que mimetizar la globalización en sus estructuras y personas. Y los trabajadores del futuro se moverán entre países y fronteras con la soltura que hoy nos movemos por nuestra vieja Navarra. Los que suban al carro de la nueva Era quedarán para funcionarios, los más preparados y estudiosos, o para camareros, en un sector turístico low cost. Espero ser capaz de dar una educación abierta a mis hijos con una buena base de idiomas y que no tengan problemas en pasar temporadas fuera de nuestro país. Siempre tendrán a su papá para volver de vez en cuando y contarnos sus aventuras. Por de pronto son minoría en su cole, ya que es público (en los concertados se amontonan los P.T.V.´s, más conocidos como de Pamplona de Toda la Vida) y la mayoría de niños son de padres inmigrantes. De 27 niños (en dos clases) solo hay dos niñas y siete niños de aquí. Quizás los amigos de mis hijos, Fernando (de origen brasileño) o Seth Ing (chino), les ayuden a tener una mente abierta para emprender su viaje por la aldea global.

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