jueves, 3 de junio de 2010

“Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie” (Publicado en Diario de Navarra el 26 de junio de 2010)

La propietaria del entrecomillado es Dña. Carmen Calvo Poyato, ex Ministra de Cultura. Esta lapidaria frase es el exponente grotesco y brutal de los excesos que padecemos. El virus del endeudamiento nos ha afectado a todos; gobernantes, empresas y familias. Los años de la abundancia, porque sobraba y en la crisis, para estimular la demanda.

John Maynard Keynes (1883-1946), fue un economista británico cuyas ideas tuvieron y tienen una fuerte repercusión en las políticas fiscales de muchos gobiernos. Argumentaba que en las recesiones económicas el estado debía tomar las riendas de la economía impulsando la demanda mediante el incremento del gasto público. De esta forma, se ocuparía el vacío dejado por el menor consumo e inversión privados. Hasta ahí de acuerdo. Pero a otros como Friedrich Hayek (1899-1992), algo menos famoso economista austríaco, le reprochaban que al final sólo queda deuda a raudales. “Si vives por encima de tus posibilidades con créditos baratos no busques remedios milagrosos para la resaca”. El préstamo hay que pagarlo tarde o temprano. Keynes respondía que el descubierto se arreglaría en el futuro, y a largo plazo, todos habremos muerto. El problema es que ésto podría funcionar cuando lo propuso Keynes, pero no ahora. La economía va a una velocidad infinitamente superior y los cambios son radicalmente más profundos. Llevamos dos años inmersos en la crisis y todavía no vemos la luz al final del túnel. Charlando sobre esta cuestión, un amigo me decía la semana pasada, “si hay que dejar algo en esta vida, lo mejor es que sean las deudas”.
Pero, ¿es justo dejar estos enormes costes para las generaciones venideras? ¿Es posible hacerlo, sin que los intereses absorban gran parte de nuestros ingresos y perjudique el crecimiento? ¿Nos van a dejar nuestros socios comunitarios? La respuesta es negativa. Ahora nos toca pagar a los P.I.G.S. (Portugal, Irlanda, Grecia y Spain: pigs significa cerdos en inglés). Y no nos olvidemos de los no menos PIGS, con pasivos desbocados, como EEUU, UK, Italia entre otros. ¿Estamos ante una nueva burbuja creada por el exceso de endeudamiento? No lo sé, pero me revelo contra esta situación. Hemos dilapidado las arcas públicas y aquí no pasa nada. No sé si somos unos cerdos, pero sí parecemos unos borregos.

En mejor situación está EE.UU, ya que pueden emitir dólares que son comprados como moneda refugio por el resto del mundo. Además están empezando a crecer y como dice Paul Krugman (Premio Nobel de Economía y también keynesiano), “el crecimiento pagará la deuda” y “con inflación, la deuda será menor”. No soy capaz de entender esta despreocupación viendo lo que está pasando con Grecia.

El problema gordo lo tenemos los que no tenemos la maquinita de hacer dólares, ni crecimiento y más del doble de paro. El compromiso de reducir al 3% el déficit público en 2013 (desde el 10% actual) requiere sanear y reducir el endeudamiento y no estamos viendo medidas de calado en esta dirección. No hacerlo, no es una alternativa factible. Si no, el drama español se convertirá en la tragedia griega.

Ahora llega Plan E versión 2010. Recuerdo que gracias al del pasado año, tenemos las mejores aceras del mundo pero ¿era necesario cambiarlas? Las de mi barrio no y el resto mejor hubiera sido arreglarlas en tiempos mejores. A ninguna familia con problemas financieros se le ocurriría hacer obra para cambiar los azulejos del baño, ¿o sí?. Las familias han reaccionado incrementado el ahorro hasta el 18% de la renta disponible, paliando en parte la sequía monetaria. Nuestros gobernantes deberían tomar nota. Se acabaron las vacas gordas, ahora toca las flacas y nos han pillado sin reservas. Ahora toca sanear y reducir deuda. Que imperen los principios de austeridad y prudencia. Porque el dinero público no es de nadie en particular. Es nuestro y debemos ser más exigentes y críticos con lo que hacen con él.

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