miércoles, 5 de enero de 2011

Este año tampoco compro piso (Diario de Navarra 5 de enero de 2011)

Y el que viene ya veremos. El año pasado me interesé por un piso, porque la familia va creciendo y necesitamos más espacio. No llegamos a ningún acuerdo. Este año pide 36.000 euros menos (6 millones de pesetas, en este mercado todavía se habla en pesetas) y sigue sin vender. Es importante mantener la cabeza bien fría antes de firmar una hipoteca por 30 años o más. Más parece una condena que una inversión. Algún experto pretende consolar a los compradores solventes con la obviedad de que tienen la vivienda y la pueden pagar. Pero ¿qué cara se les queda cuando les llega, mes a mes, el recibo de la hipoteca, la cuál es mayor que el valor del piso?

Todos lo estudios de mercado coinciden en que están bajando los precios. No se ponen de acuerdo en el porcentaje de bajada real, ni en cuánto les queda por bajar. En 2011 tendremos que ver cómo reacciona el mercado a la desaparición de las deducciones a la compra de vivienda (para las rentas inferiores a 24.000€). En Navarra no se va a aplicar. En teoría, al quitar esta distorsión del mercado, la vivienda debería bajar el precio un 15% de media, que es la parte que se subvenciona en este asunto. A medio plazo: Muchos analistas coinciden en que la verdadera bajada se producirá cuando suban los tipos de interés. Si se confirma la tímida recuperación de USA, la Reserva Federal Americana encarecerá el precio del dinero para prevenir las tensiones inflacionistas. El Banco Central Europeo, que en ésto va a la zaga, hará lo propio. El aumento en el coste de la financiación será como el último copo de nieve que provoca el alud. La subida de tipos encarecerá la compra y elevará los costes de mantener inmuebles sin vender. No será bueno para nuestras cajas y bancos, pues tienen sus balances repletos de ladrillos. Si no suben los tipos podrá ser debido a que llegue la temida estanflación. La cuál nos sumergirá en la “japanización” de la economía española (una reducción lenta pero continuada de precios en una coyuntura de estancamiento económico de varios lustros, como Japón en los años 90 del pasado siglo).

El stock de viviendas es altísimo. No entraré a valorar si es de un millón de viviendas o de medio, da igual. La realidad es que existe una amplia y variada oferta. Este exceso de oferta hace que no exista miedo a que nos quiten la casa de nuestros sueños. Cualquiera que lleve más de un año mirando el mercado se dará cuenta de que por cada piso que ya no está en venta (por vendido o por salir del mercado), aparecen otros de similares características y a mejor precio. Hay otra ventaja adicional para el comprador que es la mejora en la calidad de la información que facilitan las Webs inmobiliarias. Con solo darte de alta en ellas marcando tus preferencias, recibirás cómodamente en tu e-mail toda la oferta que existe en ese momento e irán actualizando la información periódicamente. Hacer frente a la compra de una casa ya no es tan sencillo como antaño. En estos momentos a pesar de que el euribor está en mínimos históricos, la financiación se ha endurecido sustancialmente. Ningún banco da hipotecas por encima del 80% del valor de tasación del inmueble. Lo que implica que hay que hacer frente al 20% restante con ahorro o pidiendo un préstamo personal. Además hay que tener un 10% del valor de la vivienda para los gastos e impuestos. Cualquiera que vaya a un banco verá que los préstamos personales están carísimos (si las cajas se financian al 7% de las ayudas del FROB, ¿a qué precio los tienen que poner a sus clientes?).

No volverán los años dorados del dinero fácil. Las bajas tasas de ahorro de los años pretéritos hacen harto complicado que se pueda afrontar la inversión. Debemos recuperar la tradición ahorradora que nos enseñaron nuestros abuelos. Nos repetían todos los domingos la importancia de no gastarnos toda la paga y de guardar siempre una moneda. Se nos olvidaron sus consejos. Nos hemos acostumbrado a vivir por encima de nuestras posibilidades en la esperanza de que los mayores ingresos futuros pagaran nuestro aumento del gasto actual. Pero ésto no funciona así. Primero debemos ahorrar y después decidir nuestras inversiones. Los que no hemos comprado piso este año debemos estar tranquilos porque los precios siguen bajando y vamos metiendo algunos euros más a la hucha. No hay prisa.

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