lunes, 5 de julio de 2010

¿Nos conviene contratar un Plan de Pensiones? (Publicado en Diario de Navarra el 24 de marzo de 2010)

En el año 2001 falleció mi padre a los 56 años de edad, mi madre murió una década antes. Dejando a parte la desgracia de la terrible y temprana pérdida de mis progenitores, una consecuencia de ello, fue hacerme heredero junto a mi hermana del patrimonio familiar. Dentro de él se encontraba el fruto del ahorro de mis padres en forma de plan de pensiones. Estos días he recordado mi experiencia personal al escuchar a políticos, economistas y medios de comunicación opinar sobre la idoneidad de que todos tengamos nuestro plan de pensiones privado para completar el escaso y quizás retrasado acceso al reembolso de las pensiones públicas. Como decía, al hacernos herederos del plan de pensiones nos vimos obligados a tributar por él en el IRPF como rentas del trabajo. Esto nos supuso un incremento de la tasa impositiva del 100%. En vez de pagar el 15% que nos correspondía por nuestras nóminas tuvimos que afrontar más de un 30% (pudo ser peor ya que el tipo impositivo para las rentas más altas era superior al 40% ). Sorprendentemente la imposición también se hereda. Esto me hizo ser muy crítico con esta opción para diferir rentas al futuro. Aunque últimamente parece ser la única.

Para construir nuestras finanzas personales debemos valorar objetivamente cualquier inversión. Analizar su rentabilidad, riesgo y su liquidez. Como dice Leopoldo Abadía, hay que entender perfectamente en qué estamos metiendo el dinero y huir de las tentadoras inversiones de moda (más atractivas si son en inglés). Rentabilidad: Según el informe del IESE sobre “Rentabilidad de los Planes de Pensiones en España 1991-2007”, podemos afirmar que el 96% de ellos han tenido una rentabilidad inferior a la inflación y han estado por debajo de los bonos del estado. Las rentabilidades han sido tan bajas en los últimos cinco años que se ha perdido la ventaja de la desgravación fiscal con la que el Estado nos induce a invertir. Sobre la desgravación fiscal hay que decir también que solo es ventajosa si cuando nos jubilamos ganamos menos dinero que cuando ingresamos el dinero en el fondo. Si tenemos la suerte de ganar más de jubilados que cuando contratamos el plan perdemos esta mejora. La causa principal del bajo retorno se debe a las altas comisiones (cuatro veces más altas que en Reino Unido), la composición de las carteras y a la gestión activa (o mejor dicho, nula gestión activa). Riesgo: Si están invertidos en renta variable tienen todo el riesgo que hemos visto en los últimos años de burbujas inmobiliarias o de las punto.com. Si tienes la mala suerte de jubilarte antes de una de ellas, verás como tu plan está expuesto a bajadas del 50% ó más. La alternativa de Planes de Pensiones asegurados, que están tan de moda ahora, pagan muy cara dicha seguridad convirtiéndose en una malísima inversión como hemos comentado antes. Liquidez: Prácticamente son ilíquidos. Solo se pueden rescatar por sufrir alguna desgracia personal como enfermedad grave o paro de larga duración. Para la mayoría es decir adiós al dinero ahorrado por veinte o treinta años. Hasta la vivienda es más líquida (salvo la VPO), siempre la podré vender aunque pierda dinero. Por esto, defiendo buscar otras inversiones y no escuchar los cantos de sirena que nos quieren llevar como corderitos al matadero.

Termino con el recuerdo emocionado hacia el esfuerzo que hicieron mis padres ajustando sus gastos y nivel de vida para asegurar un ahorro futuro del que no pudieron disfrutar pero que quedó para sus hijos (después de pagar a hacienda).

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