¡Qué
viene el lobo¡ gritaba Pedro. Y claro, a la tercera nadie creyó al pequeño
mentiroso y el lobo se comió sus ovejas. Tantos años oyendo crecer los brotes
verdes nos han hecho ignorar que lo cierto, es que de esta crisis también
saldremos. No sé cuando, pero pasará. Y es que no hay mal que cien años dure, y
como dice mi socio “ni cuerpo que lo
resista”. La capacidad predictiva de los economistas no se diferencia mucho
de los meteorólogos. A pesar de las predicciones de algunos falsos profetas,
que los hay, los augurios pierden fiabilidad conforme se alejan en el tiempo.
Entre
tanto pesimismo, si hacemos el esfuerzo de ver el vaso medio lleno podremos
comprobar que hay datos positivos. Hace poco se publicaba, como mala noticia,
que se ha reducido la renta disponible de las familias un 3,2% hasta los
172.000 millones de euros. Si esas familias se convencieran de que la crisis ha
tocado fondo y decidieran gastar un tercio de sus ahorros (en todo aquello que
no compran por si acaso) la enorme ola sería del tamaño de seis Planes E (los
de Zapatero). No habría mejor plan de estímulo. En estos años se ha avanzado en
corregir los desequilibrios causados por la crisis. Seguramente la morosidad y
el paro todavía no han tocado fondo. Pero que la economía se está ajustando, es
un hecho. Si analizamos el precio de la vivienda con respecto a la renta per
cápita, se observa que estamos cerca de volver a la relación precios-renta que
había en los años 80, cuando los tipos de interés eran del ¡15%¡. Ahora España
tiene superávit comercial con el resto de Europa. El tradicional superávit
comercial entre Alemania con España se ha desinflado un 52% este año (quizá
porque ya no compramos audis). Equilibrar nuestra balanza de pagos es
fundamental para romper nuestra dependencia con la financiación exterior y
recuperar la confianza de los mercados. Es más, la Eurozona en su conjunto está
en cotas de superávit no vistas desde hace 25 años. Los inversores en bonos
están volviendo a comprar en la vieja Europa, y esto se refleja en la reducción
del coste de la financiación, la famosa prima de riesgo. España es el país más
atractivo de Europa para invertir. El coste hora por hora trabajada por un
español es de 20 € comparado con los 30€ en Alemania, 34 € en Francia o 27 € en
Italia. Estas diferencias en retribución con un alemán estarían justificadas si
este fuese un 50% más productivo que un español, pero en realidad solo lo es en
un 16% más. Comparado con Francia e Italia, el binomio coste y productividad,
España también es más atractiva para invertir. Y si tenemos en cuenta que en
España trabajamos 1700 horas al año, frente a 1600 en Italia y menos de 1500 en
Francia y Alemania, la comparación todavía nos es más favorable. El indicador
adelantado, que suele ser la Bolsa, también está mejorando en los últimos
meses. La subida de la bolsa del año 1932 anticipó la salida de la Gran
Depresión. Mirar la historia puede dar pistas a cerca del futuro. Aunque no se
debe conducir el coche mirando el retrovisor. Goldman Sachs ha hecho unas
previsiones muy positivas para Wall Street con crecimientos de dos dígitos en
2013. Si esto se cumple, la locomotora bursátil mundial arrastrará a otros
índices el próximo año.
Al
inversor Warren Buffet “se le hace la
boca agua”, según sus palabras, viendo las oportunidades de inversión en un
mercado excesivamente deprimido. Y es que el oráculo de Omaha, como se le
conoce en el parqué, tiene 40.000 millones de dólares dispuestos a invertir en
compañías sólidas, que están a precios de ganga. A Madrid ha llegado el millonario
Adelson, con un cargamento de dólares texanos, a crear el proyecto Eurovegas
como un renovado Mr. Marshall.
Muchos
pesimistas se escudan en que son realistas. Pues bien, yo soy optimista
realista. Quedan demasiados asuntos en el aire, pero si únicamente miramos los
malos datos y perdemos la esperanza, solo nos queda sentarnos a esperar el
fatal desenlace. ¿Quién sabe si ya ha pasado lo peor? Como decía Hellen Keller “Ningún
pesimista ha descubierto el secreto de las estrellas, ni ha navegado por mares
desconocidos, ni ha abierto una nueva puerta al espíritu humano”.
Carlos
Medrano Sola es Licenciado en Economía
Economiapoliticaymas/blospot.com
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