Aprovecho el ofrecimiento de la Hacienda
Foral para aportar mis sugerencias a la próxima reforma tributaria con las
siguientes indicaciones y propuestas: Trataré de condensarlas en el espacio de
este artículo. El objetivo principal debe ser el crecimiento económico. Sin él
estamos en un juego de suma cero. Lo que uno gana es porque lo pierde el otro.
Sin crecimiento económico no se crea empleo. Además el crecimiento, y un poco
de inflación, hacen que la deuda sea cada vez menor y se recaude más. Las
previsiones de crecimiento son bajas para la economía en general, luego para
una economía sobre endeudada, como la nuestra, peor todavía. Luego, ¿Cómo
reducir la deuda sin aumentar los impuestos? Se puede copiar lo que hizo el banco
Santander en 2007/2008, el cuál vendió (justo a tiempo) todos sus inmuebles,
menos su sede histórica, y se quedó en ellos como arrendatario. No se podrán
obtener las plusvalías de los santanderinos pero esos ingresos ayudarán a
reducir deuda y por extensión el pago de intereses de la misma. Igualmente
habría que vender la mayoría de empresas públicas, quizás por lotes de tal
forma que el que compre se lleve las que ganan dinero y las que no. Habría que
pedir una reserva de puestos de trabajo por los próximos 10 años para no dañar
a sus trabajadores. Hay que ganar en competitividad fiscal global para atraer
dinero e inversiones extranjeras. No digo que seamos un paraíso fiscal pero
desde luego no ser un infierno fiscal, como quieren crear algunos al subir los
impuestos a los ricos. Los cuáles desaparecen antes de que se publique en el
BON. En USA han tenido una cifra récord de 3.000 personas que han renunciado a
la nacionalidad estadounidense en 2013 por huir del fisco. O el caso Gerard
Depardieu en Francia, el cuál se ha hecho ruso cuando el presidente francés
subió al 75% los impuestos a los ricos. Facilitemos rebajas de impuestos al
establecimiento de empresas, a la creación de nuevos proyectos, al alta de
autónomos y profesionales. No debe asustarnos bajar el impuesto de sociedades
porque las empresas apenas tienen beneficios, por tanto tampoco pagan el
impuesto, por lo que la recaudación no se resentirá tanto como la ventaja que
se obtendrá por la llegada de nuevas empresas. Suprimir el impuesto de sucesiones
que los ricos vengan a tributar aquí. Reducir la tributación de los jubilados
que se instalen en nuestra tierra. Otra idea sería atraer millonarios
extranjeros a que se instalen en nuestra tierra y consigan la nacionalidad
española por comprar vivienda de más de medio millón de euros.
Cambiar la cultura de la subvención actual
por reducciones de impuestos. Se ahorran recursos de la definición, revisión la
concesión, el pago, el control y auditorías posteriores. Y los que viven de las
subvenciones se orientan hacia sus clientes que es donde deben mirar.
Eliminar el gratis total. Está demostrado
científicamente que cuando vemos algo gratis consumimos en exceso. Sin entrar
en que somos el país del Lazarillo de Tormes. Habría que cobrar un coste
marginal por la mayoría de los servicios con la sola excepción de las clases
bajas. Probablemente habrá una resistencia brutal por todos aquellos que se
aprovechan del exceso de demanda de la llamada de “lo gratis”. Conforme se vaya
aliviando la situación habría que liberar la carga fiscal de la clase media que
somos los que sostenemos el sistema. De esa forma se fomentaría el consumo y
por extensión el crecimiento.
Algunos me criticarán aduciendo que se
descapitaliza Navarra pero mucho peor será que pase el tiempo, se agrave la
situación sin que crezcamos y se creen nuevos puestos de trabajo.
Carlos Medrano Sola es Licenciado en
Economía
Economiapoliticaymas/blogospot.com
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