Estrellas
arruinadas piden para comer
Hace unos días nos enteramos que
Vieri, otrora figura mundial de futbol, pide trabajo como entrenador para poder
comer. Aficionado a las mujeres y al póker, ha dilapidado lo que le quedaba en
los negocios. Aportó 3 millones de euros en una empresa que le ha dado unas
pérdidas de 16. El delantero italiano es el último ídolo caído desde el Olimpo
del éxito deportivo y económico. Pero muchos han sido los ídolos despeñados en
la miseria económica por su mala cabeza para las finanzas. En 2009 un reportaje
de la revista Sports Illustrated “How athelets
go broke” desató una polémica internacional por un artículo en el que
afirmaba que el 78% de los jugadores de fútbol americano y el 60% de los
baloncestistas de la NBA se arruinaban en menos de 5 años desde que abandonaban
el deporte profesional. En otros deportes de masas el resultado no era mucho
mejor. En 2012 el programa de TV “Broke; estrellas en la ruina”[1]
emitido en Canal Plus ahondaba en estos hechos. Una pléyade interminable de
casos dramáticos mostraban la cruda realidad de las consecuencias de la
ignorancia financiera y personal de una gran mayoría de deportistas de élite
mundial. Algunos hacen bueno el dicho “Un
tonto con dinero es una gran fiesta”.
Evander Holyfield, famoso por ser
campeón de los pesos pesados y porque Mike Tyson le arrancó una oreja de un
mordisco, decidió comprarse una finca de 40 Hectáreas y plantar en medio un
palacio de 5.000 m2. Tuvo 11 hijos con 9 mujeres distintas. Malas inversiones,
divorcios, pensiones alimenticias y su desmesurado aprecio por los mega
proyectos lo dejaron en la calle, más tieso que la mojama. Su rival, Tyson,
ganó 400 millones de dólares y acabó arruinado. ¿Cómo va a pensar quién ha
ganado tanto dinero que se puede quedar sin un duro algún día? En la NBA Charles
Barkley, figura de los años 90, dilapidó más de 10 millones de dólares en el
juego. Estos son casos de vidas disolutas pero también ha habido un gran número
de casos de incautos que se han dejado “asesorar” por timadores profesionales.
A los que entregaban dinero para pagar impuestos y se lo quedaban, o
directamente saqueaban sus cuentas sin pudor.
En USA hablan del “La culpa del
católico” para referirse a la imposibilidad de decir no a familiares y amigos
que se arriman a chupar del bote. Hubo casos de atletas que mantenían a más de
25 familias. Una bola que va creciendo y que termina por arrastrar toda la
fortuna. Una gran mayoría de los arruinados lo ha sido por sus malas
inversiones. Primero por invertir en pasivos y no en activos. Es decir, comprar
grandes casas (pasivos) como inversión, cuando solo conseguían sangrar con
gastos de mantenimiento lo que les quedaba en la cuenta. Y cuando invertían en
activos como empresas lo hacían con grandes pérdidas. Como un famoso
lanzamiento de empresa tecnológica que había diseñado flotadores para muebles
en casas inundables. Se suponía que cuando llegaba la crecida se hinchaban los
flotadores y los muebles navegaban plácidamente hasta que se calmara la
tormenta y fueran a recogerlos. Por increíble que parezca esta empresa, convenció
y luego arruinó a varios deportistas que la financiaron. En las universidades americanas
han empezado a preocuparse por la educación financiera y psicológica de sus
jóvenes promesas. Que sepan que los cambios en su vida van a ser muy fuertes y
difíciles de gestionar. Les insisten en que deben acumular durante su carrera
para vivir con ese dinero otros 50 años y que deben asesorarse por
profesionales y no por amigos o dudosas recomendaciones. Esta epidemia de
caídas fulgurantes también la tenemos en nuestro país. La más sonada fue la
demanda de 45 millones de euros que interpuso Arancha Sánchez Vicario contra
sus padres. La tenista alegaba que sus progenitores malgastaron su fortuna sin
su consentimiento. La educación en el manejo del dinero, que es transversal a
cualquier oficio que tengamos, brilla por su ausencia en los programas
educativos de nuestro país. Aquí tampoco nos libramos de la incultura
financiera. Y sino que les pregunten a los que invirtieron en las infames
preferentes “asesorados” por su entidad financiera de confianza.
Carlos Medrano Sola es Licenciado
en Economía
economiapoliticaymas/blogspot.com
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