El origen del Fuero navarro era limitar el poder del rey.
Hasta que el rey no juraba los fueros no era reconocido como tal. Más
recientemente, en el año 1894 el ministro de Hacienda del gobierno central
Germán Gamazo cargó contra el régimen foral navarro con el propósito de subir
los impuestos. Nuestros bisabuelos se rebelaron contra el ministro con grandes
manifestaciones, recogidas de firmas y
fondos. Las presiones lograron que no se aplicara la nueva ley. Y con el dinero recaudado se erigió enfrente
de la Diputación Foral el monumento homónimo como símbolo de la Libertad navarra.
Me lo contó mi padre, y a él el suyo. En toda ciudad y pueblo de Navarra las más
importantes plazas están dedicadas a nuestros Fueros.
En los últimos años se está dando la vuelta a lo que tan
bien ha funcionado durante decenios. Nuestro gobierno cayó en la trampa del
derroche del gasto público en la presente crisis. El Plan Navarra vació las
exiguas cuentas forales y nos ha convertido en una de las regiones más
endeudadas. Pero la oposición no critica
esto, sino que quiere ahondar en el error incrementando más el derroche.
Disparar con pólvora del Rey tiene que ser muy divertido para que el que
dispara, pero al final pagamos los de siempre. Alegan que el error estriba en
que no se ha gastado lo suficiente. Y pretenden subir impuestos a los ricos
para financiarlo. Pero ¿qué ricos? Los que pagamos impuestos somos la clase
media y las pymes. Los ricos son pocos, escurridizos y huidizos. Pretenden oprimirnos
fiscalmente justo a los que sacaremos a la economía de su pozo actual. Deben
hacer justamente lo contrario, reducir impuestos para que la clase media
consuma y las empresas contraten.
La riqueza de Navarra no es debida a los partidos políticos
de distinto color que han estado en el gobierno. Navarra ha sido siempre y es
una de las regiones más ricas. La clave de nuestro éxito es el carácter trabajador,
ahorrador, esforzado y luchador de los navarros. Y también, a que aquí se
pagaban menos impuestos. La menor presión impositiva es un imán para atraer
inversiones de empresas y de particulares con rentas altas. Esto, unido al
carácter navarro, es garantía de éxito. Con la competitividad de un mundo cada
vez más pequeño, en el que las personas, el dinero y las inversiones se mueven
con más facilidad, es imprescindible mantener lo que ha funcionado y
funcionará.
Recientemente hemos sido testigos de una votación unánime en
el Parlamento de Navarra. Pues bien, esa rareza ha consistido en crear un
impuesto a los depósitos bancarios. Para empezar lo que se va a conseguir es
una huida de capitales. Todo el que pueda tendrá sus depósitos fuera de aquí.
Hacer esto cuesta unos segundos desde cualquier Web. Casualmente en febrero se
implanta el mercado financiero SEPA, el cual facilita las transferencias de
particulares en la UE. Por una parte, subimos los impuestos y por otra se
facilitan los movimientos de capitales. Consecuencia; tonto el último. Los
depósitos que queden en Navarra serán de los que no sepan cómo sacarlos.
EL circuito de incrementar el gasto público para estimular
la economía ni ha funcionado, ni va a funcionar. La incapacidad para pagar la
deuda a punto ha estado de ponernos en las manos de los hombres de negro de la
Troika y del FMI. Los cuales intervienen para poner las condiciones del
prestamista; asegurarse el cobro a costa de los ciudadanos. Gastando más allá
del límite nos pondremos en sus manos. El gasto esclaviza y la austeridad
libera, como dice Daniel Lacalle. Si donde dice austeridad decimos ahorro, nos
sirve perfectamente como lema navarro. ¿Se nos ha olvidado a los navarros
nuestra tradición? ¿Las calles, plazas y el monumento han quedado como un vestigio
de nuestro pasado? ¿Quién defiende hoy los Fueros? Definitivamente, los Fueros
son historia.
Carlos Medrano Sola es Licenciado en Economía
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