Estamos viendo la luz al final
del túnel, o ¿solo es un espejismo? El sábado sale Botín celebrando que les
llega dinero a España de todas partes y el lunes Bill Gates compra el 6% de
FCC. A ver si va a tener razón el santanderino.
Mucho se ha escrito sobre su
alarde de poderío y las formas en las que celebró la presentación del Santander
en Nueva York acompañado por su alcalde. Y es que Don Emilio presumió ante el
Sr. Bloomberg de que “Vivimos un momento fantástico. Está llegando el dinero a España de todas partes”. Se le ha
criticado por atreverse a festejar el fin de la crisis en un país con un paro
bestial, con una clase media que se desliza peligrosamente por la pendiente de
la marginalidad. No está bien vista tanta ostentación, aunque sea en la gran
manzana, cuando la gente sufre para poder sacar adelante su maltrecha economía.
El marco de las declaraciones fue la presentación de la marca Santander que va
a ser la imagen que sustituya a la marca Sovereing. Un acto comercial para
vender su marca, la cual por muy internacional que sea, está ligada a la marca
España desde sus entrañas. Y claro, en temas comerciales y publicitarios es
necesario presumir. Y más en los asuntos monetarios porque ya se sabe que no hay
cosa más miedosa que un millón de dólares.
Pero hagamos memoria. Hace poco
más de un año el dinero volaba de nuestro país a ritmos vertiginosos. Se
producía una diáspora masiva nunca vista. Nuestro antaño sector bancario de la
Champions, era un erial para el dinero internacional. Pero he aquí, que de un
tiempo a esta parte, ya no tenemos ese problema. Baja la prima de riesgo y sube
la Bolsa con una entrada de capitales superior a 200.000 millones de euros. Y
en las grandes corporaciones vemos operaciones como la empresa china que compra
la mayor parte de Campofrío, Carlos Slim el hombre más rico del mundo ha
comprado 400 oficinas de La Caixa, los también latinoamericanos Jaime Gilinski
y David Martínez compran el 10% del Sabadell por 750 millones de euros, etc.
Entonces, ¿qué ha pasado para que
haya sucedido este giro de ciento ochenta grados? Básicamente, que el dinero ha
volado y nos hemos quedado los españoles con toda la deuda estatal invertida
con dinero público (el de las pensiones) y comprada por la banca nacionalizada.
Es decir, que si hacemos una quiebra (y ha habido quién lo ha propuesto) ya no
sufren los inversores internacionales sino que nos dejamos de pagar a nosotros
mismos. Y por otra parte, y no menos importante, toda la financiación del agujero
bancario (inyección monetaria, FROB, Sareb o banco malo,…) se hace con el aval
del estado. Es decir, que las pérdidas que genere o si quiebra todo, vamos a
hacer frente a escote entre los contribuyentes. Todo ello con apenas
resistencia del pueblo español, que se queja pero traga. Por lo tanto, ya está
solucionado. Ahora el inversor extranjero se encuentra con un país a precio de
saldo. Con empresas potentes que puede comprar a buen precio, con la garantía
de que el Euro no va a desaparecer, con un sistema jurídico europeo, con unas
leyes europeas, con unos trabajadores dispuestos a cualquier cosa por conseguir
una nómina (habría que encuestar ahora a los mileuristas que se quejaban hace
años). En mi experiencia profesional también estamos negociando colaboraciones
con fondos de inversión brasileños. Su país está en una situación parecida a lo
que vivimos aquí en 2007. Y están expatriando dinero en búsqueda de
oportunidades por la piel de toro.
El dinero vuelve y eso terminará
llegando a la base de la economía. Lo malo es que lo último que se recupera es
el empleo. Verdadera losa que oprime el despegue de nuestra economía. Las pymes
todavía siguen con sus ERES y el coste de los despidos está fresco en sus
balances. Estamos ante un nuevo ciclo pero sólo cuando se recupere el empleo
podremos vivir un momento fantástico.
Carlos Medrano Sola es Licenciado
en Economía
Economíapoliticaymas/blogspot.com